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Desde que vi el anuncio en televisión, convine que quería mi caja de ‘Pastillas contra el dolor ajeno‘. Y, ayer, por fin, las vi en mi farmacia de toda la vida y las compré ipso facto. Una caja de seis comprimidos que representan las patologías olvidadas, esas enfermedades por las que mueren al día 8.000 personas y que, sin embargo, tienen solución. Por tan sólo 1 euro colaboras con la organización ‘Médicos sin fronteras’ (MSF), que son los responsables de la puesta en marcha de esta campaña solidaria.
‘¿No estaría bien que, nosotros que tenemos medicamentos para todo, pudiésemos tomarnos una pastilla-caramelo que ayudara a calmar el dolor de los que no tienen acceso a los tratamientos que pueden curar o paliar enfermedades olvidadas como el Kala azar, la tuberculosis, la malaria, el Chagas, la enfermedad del sueño o el sida infantil?’, se pregunta MSF.
Porque nosotros, en el llamado ‘primer mundo’, tenemos pastillas para todo, para calmar casi cualquier dolencia. Pero los enfermos olvidados no. Cada vez que me tomo uno de estos caramelos mentol-eucalipto sin azúcar, pienso en que esas muertes podrían ser evitadas si existiera voluntad o algún tipo de interés.
Indicaciones:
Las pastillas contra el dolor ajeno sin indicadas para el tratamiento sintomático del dolor ajeno de intensidad alta, leve o moderada. El principio activo de las ‘Pastillas contra el dolor ajeno’ es el amor. Este principio es parte de un gesto humanitario que actúa directamente en las zonas más necesitadas y su fin es ayudar a aquellos que lo necesitan. (Extracto del prospecto de las pastillas contra el dolor ajeno).
Por último, ¿sabían que con tan sólo 1 euro MSF puede dar tratamiento a 3 niños enfermos de malaria? Cuantas más pastillas tomemos, más ayudaremos a los enfermos olvidados…
Nota: en la página oficial de la campaña se puede firmar un manifiesto contra el dolor ajeno.
¡GRITA!