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No voy a entrar al tema religioso si es que Juan Pablo II califica para santo o no: su gran milagro fue haber sido fundamental en provocar la caída del Comunismo a fines del siglo XX.
Autor: Aldo Mariátegui
Fuente: Diario Perú 21
Para alguien menor de 40 años es difícil calibrar lo que fue el Comunismo, la Unión Soviética, el marxismo leninismo, el maoísmo, la Guerra Fría, El Pacto de Varsovia, La Primavera de Praga, Fidel, Hoxha, el Che, etc... Pero el Comunismo fue una doctrina totalitaria que estuvo a un paso de dominar el planeta. Recuerdo que era como de sentido común pensar que algún día todo la humanidad iba a vivir bajo su férula, salvo posiblemente EE.UU., donde a la Derecha la tienen en el ADN. Es más, los europeos estarían todos ahora mismo hablando ruso sin Truman creando la OTAN para frenar a Moscú, como antes también Washington les salvó dos veces de que todo ellos hablasen alemán bajo Kaiser Guillermo II o Hitler.
El Comunismo fue una curiosa religión atea: su profeta era Marx, su Biblia era El Capital, su cruz eran la hoz y el martillo, su Paraíso quedaba en la tierra, su Jesús fue Lenin, su Vaticano era Moscú, su clero eran los PC de cada país, sus concilios era los Congresos del Politburó, su San Pedro era Stalin, sus Papas eran los jerarcas soviéticos, el Manifiesto Comunista era su credo, la lucha de clases era su dogma, sus pobres escogidos era la clase obrera... Hasta tuvieron cismas (Moscú y Pekín, como Roma con los protestantes), mártires (como Rosa Luxemburgo), fanáticos dispuestos al sacrificio o al asesinato (Ramón Mercader), herejes como Trotsky o el yugoslavo Tito y hasta santos como el Che.
El Comunismo fue tan maldito como su hermano gemelo el Fascismo y gracias Karol Wojtyla por ayudar a derrumbarlo (aunque aquí hay aún imbéciles que creen en el rojerío).