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Editada por el sello madrileño Apache Libros, el escritor vallisoletano publica la novela negra "El Alumno inquietante", una historia donde la intriga y la venganza son las protagonistas
Jorge Alonso Curiel: "Sufrimos mucho, y esto condiciona nuestras vidas"
Jorge Alonso Curiel (Valladolid, España, 1975) entrega a los lectores su duodécimo libro, una historia de venganza que protagonizan un escritor de éxito de novela negra y su viejo profesor de literatura del instituto. Su encuentro por casualidad en la tarde de Nochebuena de 2017 en un pueblo cercano a Valladolid hará que viejas heridas del pasado que nunca llegaron a cicatrizar se reabran, y lo que parecía ser un encuentro agradable, se convertirá en una situación de intenso desasosiego. Hablamos con el escritor de amplia trayectoria literaria (recientemente premiado con la Mención de Honor 'Rosa Chacel', que destaca la carrera literaria de escritores vallisoletanos contemporáneos) de su nuevo libro y de muchas cosas más, entre ellas de su pasión por su oficio y de su necesidad de escribir a diario. "He llegado algún día a sentirme mal, verdaderamente mal, si no me siento en mi mesa a seguir rellenando folios", asegura.
PREGUNTA. Después de tu anterior libro, el poemario Las manos del Sueño (Ediciones Vitruvio), entregas una novela. Has publicado en casi todos los géneros, asunto que no hacen todos los escritores.
J.A.C.: Es cierto que he escrito en todos los géneros, y me siento cómodo en todos ellos. He publicado novela, novela corta, relato breve, poesía, microrrelato, artículos, entrevistas, dietario... También he escrito en otros que aún no he publicado como teatro o aforismos. Siempre me he considerado escritor, no un escritor de un solo género, o de algunos de ellos. De todas maneras, opino que todo escritor es capaz de escribir en cualquier género; lo que sucede es que quizá se encuentren cómodos en muy pocos, o incluso en uno solo.
PREGUNTA: Escritor vocacional, vives y respiras literatura las 24 horas del día. Eres un auténtico letraherido. ¿Cómo puedes explicar lo que regala la literatura a alguien ajeno a este territorio?
J.A.C.: Como todo en esta vida, hay que sentirlo; es un asunto de emociones. A los 16 años decido ser escritor porque descubro en la literatura mi reino, mi lugar; un territorio en el que me encuentro seguro y soy yo al cien por cien, y que me concede un sentido a mi existencia. La literatura me ha salvado la vida, y lo digo bien alto: a un adolescente perdido y vacío le dio una manera de vivir, de mirar y de expresarse. He declarado alguna vez que en la literatura es en el único sitio en el que no estoy nervioso, ya sea como escritor o como lector. He llegado también algún día a sentirme mal, verdaderamente mal, si no me siento en mi mesa a seguir rellenando folios. Es, ante todo, una necesidad vital. Un día escuché decir en una entrevista a la actriz australiana Nicole Kidman que delante de una cámara o encima de un escenario, eran los únicos territorios donde la timidez y el miedo la abandonaban, donde se encontraba serena. Quizá se trate de eso: la literatura, para muchos, es el hogar cálido y comprensivo; el hogar buscado y encontrado. La literatura, para el escritor o para el lector, está ahí siempre para ayudarnos y acompañarnos.
PREGUNTA. Pero también el cine es algo muy importante para ti, y no sé si más que la literatura. Eres un cinéfilo empedernido, y así también desarrollas tu labor de crítico cinematográfico.
J.A.C.: El cine también forma parte de mí, es muy importante en mi vida, como bien dices. Es otro de mis reinos. Nunca he sentido el deseo de dirigir cine, aunque sí de escribir sobre ello, y también de escribir guiones. El cine y la literatura, aunque también el arte en general, es un intento de reflexionar sobre nosotros mismos y sobre la inaprensible realidad que nos rodea a través de la ficción, y no hay mejores medios para hacerlo. El cine aúna todas las artes, es quizá la disciplina más completa para hablar de lo que somos y de nuestra realidad. He aprendido mucho de otros libros para escribir, pero también del cine para escribir. El cine me provoca mucho placer y mucha emoción, tanto como la literatura. Los dos son una maravillosa aventura. Los dos como una manera de vida que solo me proporciona gratas sensaciones.
El escritor Jorge Alonso Curiel
PREGUNTA. Tu nueva novela El Alumno inquietante (Apache Libros) podría ser adaptada al cine. La estructura de la novela me ha parecido muy cinematográfica.
J.AC.: Podría adaptarse al cine, sí. También podría adaptarse al teatro por los pocos lugares en los que sucede el argumento, y por los pocos personajes. Cualquiera de las dos me gustaría.
PREGUNTA. Tu nueva novela negra El Alumno inquietante tiene un argumento atractivo, que engancha al lector desde las primeras líneas y no lo suelta hasta la última, dosificando perfectamente la tensión y la intriga, manteniendo el interés. Al atardecer, dos hombres se encuentran en la tarde de Nochebuena de 2017 en una carretera comarcal cercana ya a un pueblo castellano, en la provincia de Valladolid. Los hombres se conocen... Cuéntanos algo más, por favor.
J.A.C.: Estos dos hombres se conocen sí. Se trata de Martín, un escritor de novela negra de cierto éxito, cincuentón, que esa tarde regresaba al pueblo para pasar solo en su casa esa noche tan especial tras la ruptura con su mujer, y de Pablo, un anciano profesor de literatura ya jubilado que viajaba a ese pueblo en su coche para cenar con su hija y su yerno, pero por cierta circunstancia se para en la carretera ya cercana al pueblo preso de un ataque de pánico. El escritor le auxiliará y le reconocerá. El profesor le dio clases allá por los años 80, pero el recuerdo que tiene el escritor de él no es bueno, por muchos motivos, pero sobre todo por un asunto trágico que ocurrió en aquellos años. Este encuentro seguirá en la casa del escritor, y la inquietud y la tensión cada vez se harán más patentes.
PREGUNTA. La venganza es un tema fundamental en la novela. También el peso del pasado, la importancia de la memoria. ¿Por qué, Jorge, el pasado condiciona nuestras vidas?
Hay muchas personas a las que su pasado no les molesta, que han superado las vivencias traumáticas con el paso del tiempo, y han perdonado y se han perdonado; pero hay otras que no acaban de hacerlo
J.A.C.: Somos lo que hemos vivido, somos memoria. También lo que deseamos, pensamos, lo que nos han querido y hemos querido, pero lo vivido siempre estará dentro de nosotros, y es la gran creadora de lo que somos. Hay muchas personas a las que su pasado no les molesta, que han superado las vivencias traumáticas con el paso del tiempo, y han perdonado y se han perdonado; pero hay otras que no acaban de hacerlo –o que tampoco quieren hacerlo–, y el pasado convive con ellas en un acto de encontrar justicia. Que nada quede sin su castigo. Esto es lo que le sucede a Martín, el escritor; mientras que Pablo, el profesor, parece haber olvidado el pasado.
PREGUNTA. ¿Crees que hay justicia en este mundo o en el otro?
J.A.C.: En este mundo a veces sí; otras no. Y depende de lo que se llame justicia. El problema es cuando el malvado no paga su pena. ¿Cómo seguir la vida, de qué manera continúan viviendo las personas afectadas por ello y sus familiares y gente cercana? Y a tu pregunta de si hay justicia en el otro mundo, respondo que nadie me ha demostrado la existencia de esa otra vida, y por lo tanto no existe para mí. La religión es una creación humana respetable; es, como decía Borges de la biblia, un libro de literatura fantástica, y para mí el otro mundo es solo eso: literatura que ayuda a tener esperanzas y a tener un sentido para no caer en el absurdo, y para también apaciguar las inquietudes espirituales y el miedo a la muerte. Las religiones, sin entrar en todo lo bueno y malo que han causado y generado, son una guía para encontrar el equilibrio, una filosofía de vida, sin entrar tampoco en los grandes beneficiados de ellas al implantarse obligatoriamente en la población; véase la historia. La justicia en el otro lado no me interesa.
PREGUNTA. Pero la novela habla de muchas cosas más. El lector puede encontrar en ella a más personajes.
J.A.C.: Sí. Hay otros personajes, varios vecinos de ese pueblo castellano como Julia, Elías, Ernesto o Carmen que parecen secundarios pero que tampoco lo son, que tienen su peso en la trama, y entre todos logran crear un mosaico de emociones y de humanidad que trata, en definitiva, de la débil y contradictoria condición del ser humano, de su esencia que alberga lo mejor y lo peor, y que nos dice que antes de seres racionales somos seres emocionales llenos de dudas. Todos gozamos y sufrimos. Pero sufrimos mucho, y esto condiciona nuestra existencia.
PREGUNTA. Háblanos de esos otros temas importantes que se pueden encontrar en estas páginas.
J.A.C.: Hay otros temas que se encuentran también en muchos de mis libros anteriores. La soledad, la incomunicación, el miedo, la inquietud espiritual, la necesidad de amar y de ser amado, la necesidad de hallar un refugio y un lugar propio, la naturaleza, buscada como lugar de retiro para hallar el equilibrio. El tema en esta novela del terrible despoblamiento que sufren nuestros pueblos que les están convirtiendo en lugares fantasmales, pero también repletos de recuerdos y de vivencias. También una reflexión sobre la eutanasia está presente en la novela. He intentado que la novela abarque muchos asuntos de una manera sencilla, y también con un estilo sobrio y cercano.
PREGUNTA: Ese estilo sencillo, claro, es notable en El Alumno inquietante. Pero también quisiera fijarme en la estructura de la novela. Cada capítulo lleva por título el nombre de los personajes que actúan o aparecen en él; y en los que salen Martín y Pablo se utiliza el diálogo entre los dos, mientras que en los demás se trata de monólogos interiores. Es curiosa esta estructura, atractiva.
J.A.C.: Siempre intento jugar con ellas en cada libro, experimentar, pero que nunca esté por encima de la historia ni de los personajes. No suelo escribir historias de manera clásica, en tercera persona. De todas formas, intento encontrar la manera que la historia me pide, ofreciendo la mejor estructura para lograr toda la profundidad posible.
PREGUNTA. Al acabar de leer la novela, y tras el sorprendente e impactante final, el lector ha vivido una experiencia repleta de humanidad, en lo mejor y en lo peor, y que hace reflexionar sobre muchas cosas. También hay un aire melancólico que al lector le acompaña durante muchos días. Jorge, ¿por qué la vida es tan complicada?
J.A.C.: Ojalá que no lo fuera. Ojalá todo fuese más sencillo. Hay que esforzarse por encontrar la sencillez en un entramado tan complejo como en el que residimos. Es cierto que parece que estamos destinados a equivocarnos y a sufrir, pero también tenemos la posibilidad y la obligación de no caer en ello. La vida y nosotros mismos no dejamos de ser un enigma.
PREGUNTA. Continuemos en la aventura de entender lo que nos rodea y de entendernos a nosotros mismos. Sigamos viviendo y sigamos leyendo... Y los escritores como tú, escribiendo, y logrando historias que nos hagan mejores personas...
J.A.C.: Sigamos en este intento de ser humanos. Y no dejaré de escribir, claro que no. Muchas gracias, Pablo, por la entrevista.
Licenciado en Filología Hispánica, Jorge Alonso Curiel es autor de doce libros publicados en distintos géneros, y además es articulista de opinión y ejerce la crítica cinematográfica y literaria en distintas publicaciones. También ha participado en varias antologías de relato y poesía.
Sus últimas obras publicadas son el libro de relatos Media Hora. Relatos eróticos y canallas (Apache Libros, 2018), el poemario Las manos del sueño (Ediciones Vitruvio, 2020) y la novela negra El Alumno inquietante (Apache Libros, 2021) que ha presentado en la pasada Feria del Libro de Valladolid, en el mes de junio.
En agosto de 2021 fue galardonado con la Mención "Rosa Chacel", que destaca la trayectoria narrativa de escritores vallisoletanos o con relación con la ciudad.
Somos lo que hemos vivido, somos memoria. También lo que deseamos, pensamos, lo que nos han querido y hemos querido