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“¡Me siento sin salida!”, la he escuchado infinidad de veces por clientes que se sienten como si sus vidas hubiesen llegado al límite y como si de ahí en adelante les fuera imposible avanzar. Si es tu caso este artículo es para ti
La voz quebrada de esta mujer que se oía por el altavoz de mi móvil a las 10:00 pm y esta corta frase con la que comenzó su conversación hablan por sí solas de la tristeza y la angustia que estaba viviendo.
No voy a contar su historia, pero esa frase: “¡Me siento sin salida!”, la he escuchado infinidad de veces por clientes que se sienten como si sus vidas hubiesen llegado al límite y como si de ahí en adelante les fuera imposible avanzar.
El sentirse así, como producto terminado, no depende de la edad, ni del sexo, ni de los problemas que se puedan tener.
El sentirse así es una cuestión de cansancio mental.
Porque la mente se agota.
Se agota cuando la inunda la desesperanza o se abarrota de creencias y sentimientos como: “no puedo resistir más”, “esto me sobrepasa”, “llegué al límite”.
Si estas son tus experiencias, el leer lo que viene a continuación te ayuda porque, aunque quizás sepas parte de la información, siempre es bueno recordar que tienes la capacidad y la posibilidad de convertirte en un experto en la mudanza de tu mente.
Lo primero que debes comprender es que la palabra “acabado” es una construcción mental, igual que las palabras “comienzo y final”.
¿Por qué?
Porque no se ajustan a la realidad.
En verdad lo que está ocurriendo es un constante transcurrir de cambios y transformaciones.
Hasta lo que llamamos “muerte de esta forma”, como si fuera el final, es solo el comienzo de otras formas en las cuales la Vida se manifiesta.
Es como si la Vida se alimentara de ella misma en un constante ritmo, sin comienzo y sin final.
¿Cómo aterriza todo esto en el caso que nos ocupa?
Cuando sientas ese desaliento en forma de desespero como si todo se hubiese acabado ten presente que lo nuevo emergerá.
Por eso, cuando un capítulo se cierra en tu vida; sea la pérdida de un ser querido, o de una relación, o la ausencia de algún objeto preciado, no creas que todo ha terminado.
Solo termina para la mente porque ella es la que concibe principios y finales al introducir la noción de “tiempo”.
La Vida siempre prosigue en su eterna continuidad, abriendo nuevos capítulos y nuevos procesos y mientras estemos vivos solo nos queda; vivirlos, experimentarlos, aprender de ellos y seguir adelante.
Lo segundo que debes comprender es que la Vida es tan buena y tan maravillosa que en su eterno discurrir solo te pide una cosa.
¿Sabes qué?
Que sigas creciendo; porque el conocimiento del arte de vivir solo se adquiere viviendo.
Antes o después nos veremos la cara, frente a frente, con la exigencia de volver a empezar
Y los llamados “nuevos comienzos” solo son un llamado a sentir a fondo el pulso de la vida y descubrir nuevas realidades.
El humorista, escritor y orador estadounidense Mark Twain lo dejó plasmado en esta brillante reflexión: “Dentro de veinte años……te arrepentirás de las cosas que no hiciste”.
De ahí que: ¡Suelta las amarras, navega fuera de tu zona de confort, busca el viento en tus velas y no en el aire! ¡Explora, Sueña y Descubre!
No pierdas de vista que nada dura para siempre.
Los finales y las pérdidas forman parte de la vida.
Antes o después nos veremos la cara, frente a frente, con la exigencia de volver a empezar.
Es en esos momentos cuando lo imposible se vuelve posible y se torna una excelente ocasión para: reajustarte, empoderarte, renovarte y elevarte por encima de ti mism@.
Comenzar otra vez siempre encierra la magia y la emoción de que tienes una nueva oportunidad. Es como bien dice el cantante español Joan Manuel Serrat: “Hoy puede ser un gran día, date una oportunidad” (aquí tienes la canción y te recomiendo que la oigas)
https://www.youtube.com/watch?v=ShGYAHBApXM
Te voy a relatar una historia real:
Marilyn Hamilton era maestra y reina de belleza.
Su vida parecía asegurada, hasta que un día tuvo un tremendo accidente mientras practicaba el vuelo en vela.
Cayó por un barranco y acabó en una silla de ruedas para el resto de su vida, paralizada de la cintura para abajo.
Para Marilyn eso podría haber significado el fin de toda su historia, pero desde luego, ella tenía otra filosofía de la vida, ella nunca se consideró un producto acabado.
Ella vio en la tragedia, en lo que podía significar el final; la oportunidad.
Desde el primer momento que se sentó en la silla de ruedas le pareció que esta era limitadora y restrictiva.
¿Y qué hizo?
Junto con dos amigos constructores de materiales ultraligeros perfeccionó el prototipo de una silla de ruedas.
Los tres fundaron una compañía que revolucionó la industria de las sillas de ruedas.
Esta historia puede tener muchas lecturas, pero una de ellas es que nos enseña que debes empezar donde estés, pero nunca quedarte ahí.
Termino con esta bella reflexión de Lao-Tsé quien fue uno de los grandes sabios de China y del mundo:
“LO QUE LA ORUGA LLAMA EL FIN, EL RESTO DEL MUNDO LE LLAMA MARIPOSA”.
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