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Con la Arquidiócesis “no hemos firmado nada”: SNAP-México

15/07/2018 23:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales (SNAP-México) ¿Sostuvo un convenio con la Arquidiócesis Primada de México encabezada por el cardenal Carlos Aguiar Retes?

 

Guillermo Gazanini Espinoza / Desde su publicación y difusión en medios arquidiocesanos – el 4 de junio- el supuesto convenio entre la oficina de Comunicación del Arzobispado de México (Marilú Esponda Sada) y la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales -SNAP México- (Joaquín Aguilar) fue preconizado como una de las movidas más acertadas en el juego de supuestos cambios del arzobispo Aguiar Retes. Sin embargo, contrario a su objetivo, no tuvo buen recibimiento como sus precursores hubieran querido suscitando duros argumentos rebatidos por una débil defensa bajo escuálidas justificaciones como aquélla que afirmó que se trataba del acercamiento entre “dos instituciones, simplemente, (y) a eso se reduce, no hay para qué ‘rascarle´”. En ese momento, la única y mejor conclusión que dieron los apologistas del conocido pacto es que los cuestionamientos eran el tono vociferante de quienes no entendieron “de qué se trata” el convenio Arquidiócesis – SNAP al no darle su lugar como ejemplar y supuestamente coherente con “la misión de la Iglesia” para propiciar el diálogo constructor de puentes.

No obstante, algunos especialistas al interior de la Iglesia examinaron el asunto y daban una conclusión que se sustenta en el más puro sentido común: “tener las ideas claras”. En entrevista a este medio, el especialista y presbítero Martín Nava Bello planteó, por ejemplo, cuáles serían los beneficios reales y precisos de este pacto con visos más mediáticos. El sacerdote afirmaba: “Desconozco cuál sería en beneficio de integrar al SNAP cuando la Iglesia ya tiene protocolos o… había lineamientos específicos. Realmente no sé qué podría aportar, desconozco cuáles hayan sido los términos del SNAP y si fueron evaluados por el cardenal. ¿En qué sentido aportará algo?”. La entrevista completa aquí:  En el convenio con el SNAP, “hay que tener las ideas claras”: Pbro. Martín Nava Bello

El caso venía suscitando planteamientos legítimos para conocer las claves concretas de las cláusulas resumidas en lo siguiente, según el comunicado de Comunicación del Arzobispado, realizar “un protocolo que ayude a la atención (sic) ante los casos que se pudieran presentar (sic) así como de apoyo a las víctimas, para crear conciencia y educar a la gente sobre la necesidad de proteger a los niños y personas vulnerables en nuestros hogares, parroquias, escuelas, hospitales y otras instituciones” entre SNAP y la Arquidiócesis de México.

El punto de vista de la contraparte -SNAP México- no era conocido hasta el lunes 9 de julio cuando Milenio diario ofreció en la sección “Tendencias”,  la entrevista a Joaquín Aguilar, director de la Red. Sus declaraciones, si bien tratan de ofrecer una justificación sobre los supuestos beneficios, en realidad muestran que la firma de esa colaboración no tuvo los efectos presumidos por Esponda Sada y, posteriormente, justificados por el cardenal Aguiar Retes.

De acuerdo con la entrevista, dicho acuerdo fue sólo a la palabra para la elaboración de un manual de prevención, una comisión de víctimas y una campaña. Indepedientemente de los buenos propósitos trazados por Aguilar, resulta revelador también que SNAP México sea una organización autónoma sin respaldo suficiente de la entidad internacional que le presta sus siglas. (SNAP Estados Unidos).

Con la Arquidiócesis, “no hemos firmado nada”. En conclusión, el convenio se trata de una especie de apretón de manos de buena fe entre el señor Joaquín Aguilar y “los representantes arquidiocesanos”,  el cual se sobredimensionó y dio vuelo cuando el arzobispo Aguiar Retes quiso legitimar en el exterior lo que no pudo justificar al interior.

De acuerdo con el director de SNAP-México, nada se habría firmado y sólo fue un pacto de índole verbal

Efectivamente, insistiendo en una vana campaña mediática, el primado de México se deslizó por el error insuficientemente calculado en sus potenciales consecuencias por sus más cercanos asesores y consejeros del grupo compacto que le blinda. El rechazo de ese pacto no fue sólo de una ficticia minoría vociferante. Aguiar Retes y Esponda Sada enfrentaron la reprobación generalizada extendida más allá de las fronteras de la Arquidiócesis de México. Pero esto que podía representar un éxito de medios, no podía dejarse en el olvido. Vino entonces, como bendición del cielo, la asistencia de Mons. Carlos Aguiar en la Ciudad Eterna para el Consistorio de creación de nuevos cardenales y entrega de los palios de los metropolitanos. Algunas entrevistas fueron preparadas estratégicamente para presentar al cardenal como gran reformador en Roma, pero en realidad no ha sido reconocido como tal por una gran mayoría del presbiterio y fieles de la Arquidiócesis de México a pesar de insistir en que estos cambios están siendo recibidos con animosa alegría.

 

Destaca la entrevista publicada en el SIAME, reproducida al español, del portal cruxnow.com, el 29 de junio. Según el entrevistado, sería Joaquín Aguilar quien tocó las puertas del arzobispado. De acuerdo con los dichos del cardenal, “Joaquín Aguilera, que es una víctima de abuso sexual,  tan pronto escuchó mi propuesta inicial de luchar contra la pedofilia y a favor de la “cero tolerancia” contra este delito, se aproximó a nosotros”. ¿Qué convenció al director del SNAP a seguir con este acercamiento? Lo dice Aguiar: “Diversas reuniones tuvieron lugar, y poco después de la primera, se dio el primer caso (un sacerdote fue suspendido semanas después de que el Card. Aguiar asumiera el cargo, debido a las creíbles acusaciones de abuso sexual). Nosotros actuamos en esto, y eso convenció a Joaquín aún más de la necesidad de trabajar con nosotros”. No obstante, ese caso ha sido controvertido y cuestionado como de presunto trofeo mediático en donde se omitió la reserva judicial del asunto omitiendo el principio de presunción de inocencia puesto que, a los medios, el sacerdote fue presentado como quien tenía una sentencia penal, cosa que no fue cierta.

Otros medios, -La Stampa, Vatican Insider- insistieron en el pacto como “uno de los cambios más notables”. En entrevista fue presentado sólo “como principio de diálogo y de ánimo de colaboración” evadiendo la palabra acuerdo aunque insistiendo en esa naturaleza de ser “parteaguas” conforme a las declaraciones pronunciadas por el prelado a ese informativo.

Sin embargo, la entrevista de Milenio Diario ahora da una interpretación distinta al caso. El estratagema de colaboración se pulveriza con los dichos de Joaquín Aguilar y suscita más dudas que complacencias al volver a afirmar la cuestión: haber insistido en un convenio que fue apuntado como “parteaguas” cuando no existe como tal; no hay elementos suficientes que lo sustenten y revelan el craso error, impericia y supina ignorancia de la directora de Comunicación Social poniendo, además, en tela de juicio la sinceridad de intereses cuando Mons. Aguiar Retes buscó, en su visita a Roma, la legitimación de este acto ante el rechazo al interior cuando no se tomaron en cuenta protocolos, fortalezas y medidas que la Iglesia arquidiocesana y nacional han venido construyendo con notables esfuerzos a fin de prevenir los delitos relativos al abuso sexual de menores.

Las declaraciones de Joaquín Aguilar serían, para el hombre de una Iglesia para soñar, signo del despertar a la amarga realidad debido a la torpeza mediática causada por la oficina de Comunicación arquidiocesana. Quizá por esto, y para rectificar el rumbo, es que Aguiar Retes sea quien encabece la jornada de oración por las víctimas de abuso sexual del lunes 16 de julio en la Universidad Pontificia de México, organizada por el Centro de Investigacion y Formación Interdisciplinar para la Proteccion del Menor -CEPROME-,  táctica tardía para considerar a quienes debió dirigirla desde el principio. Sí, mucho antes que al SNAP.

 @blogSursumCorda

 

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