¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Blog Catarsis Y Harakiri escriba una noticia?
Autor: Miguel Lagos Fuente: Expreso A pesar del discurso arisco de considerar a la libertad económica como una especie de mal necesario, es frecuente ver como el presidente y su esposa elevan su aprobación [46.8% y 68% CPI] en base a lo que menos creían: el mercado y el crecimiento económico que crearon, desde años atrás, incesantes oportunidades y redujeron aquel caldo de cultivo útil para el radicalismo de todos los tiempos: la pobreza.
Así es. La gente une el logro de sus proyectos personales y el éxito de su país al buen manejo de la economía. Y eso es alentador ya que nos da visos del posicionamiento de cierta conciencia liberal sobre todo en los más jóvenes. Un gran bolsón electoral aún no convocado de forma activa bajo la nómina de operantes partidos liberales.
¿Quien izara las banderas del libre mercado en el Perú?
Imagen: lallavemaestraa
Algunos, a los que les gusta renegar del mercado pero vivir de él a sus anchas, les cautiva recalcar que 'la economía no lo es todo'. Pero es lo principal, ya que sin plata no se hace nada. La ministra de inclusión no podría mover un dedo sin los recursos que ahora posee su sector. Estos quejosos también continúan celebrando –según viejas encuestas- que 'sólo uno de cada cinco peruanos cree plenamente en las reformas económicas liberales'. Es que la gente pues, fue víctima por años, de la tergiversación que hizo la zurda marxista del postulado liberal a la que amarró astutamente como sinónimo de corrupción y contubernio contra los más pobres. Hay que decirlo, el liberalismo es potencialmente integrador con los más pobres y hasta permitió que los 'anticapitalistas' de antaño ahora vivan como auténticos capitalistas bursátiles, anden en camionetas 4×4 y puedan sentarse en restaurantes donde los platos no bajan de cuarenta soles. Provecho.
El optimismo se afianza entre la gente. Pero el mito que dice que no hay espacio para el surgimiento de partidos liberales explícitos en el Perú prevalece. Estos padecen la confiscación de sus contenidos por parte de un 'progresismo' hoy en arrumacos -hasta preelectorales- con los eternos complotadores del crecimiento real y el desarrollo.
Aquello de que las elecciones se ganan por la 'izquierda' y luego se gobierna por la 'derecha' es pernicioso. Mantiene al elector en la ilusión del intervencionismo estatizante para resolver problemas pero que luego se ve 'traicionado' por los políticos que le mintieron, por la realidad. Los conflictos se recalientan de esta manera.
A pesar de sus logros –no sólo macroeconómicos- y una mayor divulgación, no surgen todavía fuerzas partidarias, orgánicas y competitivas, que saque adelante y sin miedos, un auténtico programa económico y político liberal duradero. El escenario es propicio para izar esta bandera. Sobre todo en los sectores medios y populares emprendedores, hoy al alcance fácil de la demagogia de una socialdemocracia marxistoide que se codea con el antiliberalismo más rabioso y radical que existe en el Perú.