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Reemplace la Dualidad por la Vacuidad, al meditar y absorberse en el espacio de no pensamiento
Extracto del libro:
0.01.- Desde lo que es indescifrable, fuente de lo anterior a lo existente, completamente ausentes de conciencia, contemplamos sin mente, en absoluta quietud, al silencioso vacío del que se nutre y emerge, el penetrante principio que se convierte en universo.
0.02.- En la eterna transición, en el atemporal instante en que lo anterior a lo existente deviene existente, observamos nítidamente el origen primordial que da forma a las flores, acontecidas superficialmente y las vemos convertirse en sombras e imágenes iluminadas de la verdad.
0.03.- Lo que desciende alimenta al mismo tiempo su ascenso; por esto, lo que parece desaparecer, en verdad se multiplica;lo que es interrumpido asegura su continuidad; lo que se quiebra se esparce y lo que termina recién comienza.
0.04.- Lo opuesto está en todas las cosas y por eso, no hay cosa que no tenga su opuesto. Cuando hay equilibrio por dentro los opuestos reposan.Y cuando no lo hay, aparece por fuera y como siendo otro, el lado opuesto a lo que por dentro hay. Es así como las cosas se convierten unas en otras.
SI LA MENTE ESTÁ APAGADA EL EGO ESTÁ AUSENTE
Si la mente es total silencio, está apagada, si la mente está apagada el ego está ausente, si el ego está ausente hay unidad con lo que uno es, si hay unidad con lo que uno es, hay experiencia profunda con lo real y esencial.
Meditar profundamente es practicar continuamente el voto de abstención del mal y unión con el bien; es un proceso constante porque el mal o ilusión mental se reproduce por sí mismo, simultáneamente tanto en lo interno como en lo externo.
El mal es el propio mental sometido a la triple ilusión de odio, egoísmo y falsedad, asociado al insaciable deseo del ego por poder, dinero y sexo. Cuando este deseo es cortado, el ego se disuelve y no interfiere con la naturaleza del alma, libre así del falso yo.
La desatención del propio mental, es aprovechada por la reproducción del mal para introducirse internamente y forzar su permanencia.
Si usted medita para obtener luz, hace un doble esfuerzo, por un lado apaga toda luz en su cuarto interior, por otro lado llama a un desconocido para que le dé una luz que no es la suya o para que ingrese a su cuarto personal para encender por usted, la misma luz que usted antes decidió apagar. Así usted puede pensar que está meditando en luz, pero lo que realmente hace es crear oscuridad en su interno mental.
Medite en emitir luz universal y usted recibirá espontánea e inmediatamente luz universal en usted y su mente será completamente iluminada por esa luz, mientras usted mantenga el acto interno meditativo de emitir luz.
La luz universal es amor universal, cuando se emite luz universal mediante meditación profunda, se recibe amor universal y cuando se recibe de éste amor, la conciencia se expande irreversiblemente a lo universal y cuando se alcanza lo universal, se vive y comprende la experiencia con la unidad, con el Ser Uno, que usted es.
Para realizar el total silencio de su mental, practique todo el tiempo durante sus distintas actividades del día la suspensión del proceso de pensamientos, actué sin elaboración de pensamientos. Esto se consigue mediante el constante fluir de la atención fijada en el no pensamiento. Cuando usted detiene el río interno del proceso de pensamientos, cesa la asociación entre cada uno de ellos con su respectivo estado de conciencia y memoria emocional respectiva. Al permanecer en el no pensar, usted se afirma en la tranquilidad mental y en el conocimiento del silencio profundo.
El desarrollo de la práctica del no pensar descansa en el acto interno de mantenerse ausente de cualquier pensamiento, no asociarse personalmente con ellos, no objetivarlos en usted mismo.
Cuando usted progresa en el no pensar, puede al mismo tiempo sin abandonar éste centro del silencio, permitir que los pensamientos se reordenen mediante el razonamiento y guíen la experiencia externa hacia la buena acción correcta.
Si usted aprende a mantenerse en su centro interno del silencio profundo, usted se mantiene aislado del proceso de pensamientos, usted está separado de lo que usted no es. Y cuando usted está realmente desapegado de lo que usted no es, usted está unido a todas las cosas realmente existentes.
Pero si usted mantiene su cuerpo cargado de vino y comida, de hamburguesas y cerveza fermentando en sus intestinos, su mente estará en su estómago y no podrá centrarla en el corazón de la verdad, que es el centro interno del silencio donde usted es realmente sólo usted.
El total silencio interno es esencialmente simple, entonces usted no podrá fijar su mente allí si al mismo tiempo su mente divaga, está atada a distintas expectativas y es agitada por las olas del deseo y el miedo. Usted necesita una mente limpia, inocente como la de un niño para poder adentrarse profundamente en el silencio interno.
Tampoco podrá conocerse a usted mismo mediante el interno silencio, si su mente está sobrecargada de conocimientos sobre las cosas del mundo, sobre todo lo que es externo y que usted no es. Desde esos conocimientos externos, usted no puede nunca alcanzar a profundizar el interno silencio, porque todo el tiempo su mental estará atado a la conciencia de todo lo que es externo a usted.
Cuando usted comprende que la raíz del pecado es entregarse a la creencia de todo lo que usted no es, entonces usted adquiere poder para deshacerse de la ilusión del pecado, que es la constante fabricación de un falso Yo asociado al proceso de pensamientos. Al deshacerse de esto, usted se une a la acción correcta y todo fluye para que usted permanezca sobre Sí Mismo.
El acto interno de la concentración no es esfuerzo, sino el no esfuerzo del poder de comprensión liberado ilimitadamente a su propia naturaleza intrínseca.
Si usted deshace sus prejuicios personales, usted practica la esencia del no juzgar y se mantiene libre del proceso de pensamientos. Al no juzgar usted está adentrado en el interno silencio de su propio mental; usted se mantiene libre del desorden y del desear.
Observando atenta, fija y constantemente las contradicciones que usted tiene atadas a sí mismo, usted no se ata a ninguna de ellas. Porque usted no los busca, pero los observa, los deseos opuestos, a usted no lo encuentran. Cuando usted observa atentamente y sin juzgar, con ego ausente, el poder de la tentación y el mal que en usted mismo hay, usted permanece libre de tentación y mal, sin deseo ni acción de pecado en usted.
Al darse todos los pasos de la correcta actitud interna del acto meditativo, el proceso de pensamiento disminuye, tiende a la tranquilidad y se deshace en total silencio. En ese estado el mental se transforma en comprensión y unidad completa con lo que no puede ser alcanzado mediante el pensamiento y el intelecto.
Usted no es consciente de usted mismo la mayor parte de su tiempo, al no serlo usted no puede ser dueño de todos sus actos todo el tiempo, y al no serlo, muchos de sus actos son contrarios a usted mismo, por lo que sus actos sin conciencia de usted mismo, son fuente de contradicción cuando usted luego es consciente de sí mismo. Para evitarlo, esté atento a todo momento en que usted no es consciente de sí mismo, cuando usted es consciente que no está siendo consciente de usted mismo, usted ya está consciente de usted mismo.
Usted no es consciente de sí mismo cuando se entrega a actos sin reflexionar en sus completos resultados y cuando se entrega a actos que usted sabe le causarán malos resultados. Usted no está siendo consciente de sí mismo, cuando usted no cuida correctamente de sí mismo. Entregarse al deseo por objetos de sufrimiento e insatisfacción y a la pasión, que termina en dolor, es no cuidarse ni respetarse a usted mismo.
Usted crece en verdadera autoestima cuando usted cuida correctamente de sí mismo, no cuando compite con otros u obtiene aquello que desea.
Usted ingresa en el interno silencio de su propio mental, cuando se comprende a sí mismo y permanece consciente de sí mismo, sin pensamiento alguno, sin imitación, sin represión, sin juicio y sin esfuerzo por control. Esto es el autoconocimiento y la verdadera disciplina del autocontrol, consistente en permanecer sobre lo que usted es, en lugar de luchar constantemente contra todo lo que usted no es.
Usted medita realmente cuando usted suprime la falsa percepción, mediante la correcta comprensión, de que existe distancia entre lo que usted ve y usted mismo, cuando no hay ya distancia que divida y separe lo que usted observa con la cosa observada, cuando no hay pensamiento alguno entre usted mismo y el objeto que usted observa, cuando su atención es totalmente concentrada, fluida e ininterrumpida, es cuando no hay separación alguna entre lo que usted es por dentro y lo que hay afuera de lo que usted es por dentro. Entonces, usted medita realmente.
BUDJO.MAITREYA@GMAIL.COM