La vida camina al ritmo de un viaje, en el que somos turistas con la misión de aprovechar los buenos momentos y guardar de ellos los mejores recuerdos; calle de un solo sentido en la que encontramos momentos dulces y amargos los que habrá que saber resistir, no hay que vivir de cualquier manera disfrutemos del cariño, del amor, de la amistad, sin aferremos, caminemos desprendidos y dispuestos a dar y la vida se encarga de entregarnos más.

No permitamos que nuestros pensamientos hagan ruido, la tranquilidad nos hace livianos para disfrutar de todo lo que se presenta, comenzando por lo simple a lo que muchas veces no le prestamos atención; para qué preguntas y esperar miles de respuestas, solo agradecer la luz de un nuevo amanecer que nos da la oportunidad de continuar viajando ¡Sintonía con nosotros mismos!

De vez en cuando entrar en un traje de astronauta para no correr, caminando suave apreciando lo que nos rodea, generosos al dejar calidez en el ambiente y que lo perciban los amigos, familiares… y nuestro corazón estará en el lugar correcto. Si la vida es corta existe una buena razón para que se llene de lo mejor sin olvidar que nos debemos a muchas personas.

Generemos buenos efectos recordando que la causa de nuestro presente es el efecto de nuestro pasado y que el efecto de nuestro futuro lo armamos en el presente, cuidando el afecto, el respeto, el amor

Caminando suave vemos el poco valor de lo material que pasa por nuestras manos, lo temporal vale poco y desgasta, para que guardar cosas que ni las recordamos cuando otros las necesitan; que nuestros pensamientos y sentimientos se fijen en lo que perdura, generemos buenos efectos recordando que la causa de nuestro presente es el efecto de nuestro pasado y que el efecto de nuestro futuro lo armamos en el presente, cuidando el afecto, el respeto, el amor, aceptando el dolor, sabiendo separarlo del alma a tiempo, ganamos si creemos en la única alegría que la da el secreto del desprendimiento; somos energía por lo tanto somos lo que pensamos, lo negativo se refleja en nuestro rostro y en nuestro actuar, un ejemplo está en las personas que se la pasan dando malas noticias atrayendo eso mismo, apego a lo negativo y enfermizo; lo positivo da buena vibra, actitud que ayuda y enriquece nuestro andar.

No añoremos, ya lo tuvimos y lo disfrutamos, gocemos el hoy y de los recuerdos que nos hacen sonreír; instante que me hace recordar que pronto dejaremos nuestra casa, sabemos que hay mucho que compartir y otro tanto vendrá a entregarnos nuevas ilusiones, grandes esperanzas y buenos momentos, dejaremos recuerdos que entreguen alegría de lo que con cariño nos hemos de desprender.

Nuestro corazón sabe que todo tuvo su momento y pone a la responsabilidad directamente en nuestras manos para que nuestro viaje continúe enriquecido, gloria de hacer de nuestra vida una obra que seduzca con buenos recuerdos y alimentando nuevas y grandes ilusiones.

Iris delgado de la torre bueno.