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200 jóvenes estudiantes del colegio Fleming de Arequipa - Perú, participaron en peregrinación al santuario de Chapi
Sábado 25 de abril de 2009, 7.30 horas. Cinco buses parten del frontis del colegio A. Fleming de Arequipa con rumbo al santuario de Chapi en medio del júbilo de 200 estudiantes acompañados de sus profesores y un número reducido de padres de familia, todos con el ánimo a cien por querer llegar pronto a los pies de la sagrada imagen de la Virgen María, Nuestra Señora de Chapi.
El camino a Chapi lo iniciamos por la ruta a Socabaya para luego pasar por Mollebaya, Yarabamba, la cuesta de hornillos y entrar del todo a Polobaya, desde Tumtumpaya hasta Siete Toldos, pasando la "capilla" hasta la primera bajada donde desbordamos e iniciamos una tranquila caminata por más de dos horas hasta el mismo santuario.
En la pampa el Esquerral
Esta pampa se le conoce como "pampa Esquerral" cuyo lindero conduce hasta "tres cruces", la mitad del recorrido. No habíamos caminado diez minutos de la misma y distinguimos una manada de Guanacos, que al sentirnos se dirigieron a lo alto del cerro confundiéndose entre las rocas y la pobre vegetación.
El lindero es adecuado, con pintas de cruces y otros signos cristianos que nos indican que ha sido camino de otros peregrinos. Por un momento dejamos la pampa para estar al borde del abismo, unos 100 metros de profundidad, estrechándose el camino en ciertos trechos, indicando a los jóvenes que no se acerquen mucho al filo del mismo.
Tres cruces es un lugar impresionante, una "montaña" hecha con rocas que los peregrinos dejan como señal de su peregrinajo o penitencia, dejan la carga de su pecado. Están algunas construcciones rústicas que cobijan del frio y de la noche a quien osa atrverse a peregrinar a la luz de las estrellas. Seguimos nuestro camino ya en otra pampa, se nota que descendemos y nos ubicamos al inicio de lo que se conoce como "escalerillas", un camino sinuoso, estrecho, de arena suelta y plagado de rocas y piedras que nos hacen tropesar de vez en cuando.
Impresionante geografía
Imagina, una interminable fila de personas que en lenta procesión descienden aproximadamente 700 metros hasta la carretera que va al santuario. La geografía es impresionante, la quebrada al fondo, el eco que producen nuestra risa o alguna palabra de aliento, las rocas que por el viento y el sol abrazador se desprenden al pasar a su lado. Otro tipo de vegetación, otros colores, parte de nuestra flora andina a más de dos mil quinientos metros sobre el nivel del mar.
Imagina, una interminable fila de personas que en lenta procesión descienden aproximadamente 700 metros hasta la carretera que va al santuario.
bajando la escalerilla
Después de aventurarnos en la escalerilla y ya en asfalto firme, caminamos en grupo por la carretera hasta Chapi, lugar de devoción y de cierta miseria humana a la vista. Gente que se gana la vida de diversas formas y que a la larga no contribuyen a generar aquel ambiente espiritual tan necesario y que se debe lograr en el Santurario. Más aún, obras de construcción que generaban confución, estrés, incomodidad, duda. Inquietudes que deseo compartir: ¿Se lograrían terminar las mismas para la fiesta del primero de mayo?. ¿Se lograría controlar a los cientos o miles de vendedores de imágenes, pan, comidas, gaseosas, gorros e interminables definiciones?. ¿Se logrará encontrar esa paz en medio del desierto a los pies de la Madre entre tanta gente y ruido?.
En el acondicionado museo donde el peregrino puede venerar a la Madre de Dios tratamos de ubicarnos para participar de la Eucaristía. Encontramos un bautizo que por el ruido de los llegantes y demás no se podía lograr realizar en paz. Palabras fuertes del capellán pidiendo silencio, el que muy poco se logró.
A las 12.00 del medio día, participamos de la Eucaristía, matrimonio incluido, donde pudimos descansar nuestro espíritu en la paz de la liturgia, de la palabra, de la misma comunión, del canto. Es un momento especial donde a pesar del ir y venir de la gente se logra ese instante de cominión espiritual con Jesús a través de la mirada de la Virgen, sentir seguridad tomados de la mano de ella, quien nos conduce a la Salvación.
Cosas de la vida, este redactor logró, con guitarra prestada, acompañar el misterio de la Misa, recordando aquellos momentos vividos en el Estadio de la UNSA, exclamando a voz en cuello ¡Viva María! o la famosa frase ¡con María todo, sin María nada!. ¿Mis alumnos?, compartiendo la Santa Misa, callados, meditando, reflexionando. Alguno, y no falta, durmiendo o molestando. Por lo demás, todo bien.
La suerte de este redactor...
Finalizada la Misa, 15 minutos para comer algo y retornar a Arequipa. 14.00 horas en punto salió mi movilidad con destino a la ciudad, llevando en la memoria cada uno de los instantes vividos. No sé si será el tiempo estándar, pero en 85 minutos estuvimos en el colegio devuelta a lo cotidiano, a lo de siempre, vanalidades de la vida, seguir viviendo; pero, con la diferencia que regresamos fortalecidos en nuestra fe.
En la puerta del colegio mis alumnos con sus amigos y padres que llegaban a recogerlos, nosotros profesores, compartiendo algunos momentos vividos, pero todos con la alegría de haber regresado con bien y pensando cuándo repetiremos tan innolvidable experiencia.
Tres cruces es un lugar impresionante, una "montaña" hecha con rocas que los peregrinos dejan como señal de su peregrinajo o penitencia, dejan la carga de su pecado.