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Un derecho elemental en la democracia es el derecho al disenso, todos tenemos pleno derecho de pensar y expresar modos de opinión distintos de la media de nuestros conciudadanos, sin que ello nos suponga ser mejores o peores. Si todos pensáramos igual, pues la democracia seria innecesaria y por demás completamente inútil.
Progres los mismos en todos lados, la hipocresía es su estilo de vida
Imagen: zadlander
Como existe el disenso, es necesario además que haya tolerancia. Si no hay tolerancia, no puede haber disenso y por ende no hay democracia posible cuando no se respetan los modos de pensar distinto. Por eso cuando veo a los autoproclamados defensores lorchos de la democracia, la libertad, justicia y el pensamiento políticamente correcto tratar a sus rivales de: "Ratas", "brutos", "mafiosos", "achorados", "imbéciles", "borregos", "vendidos", "manipulados", "perros", "fachos", "ignorantes" para luego presentarse como dignos y democráticos me parece simplemente un espectáculo que me da nauseas al contemplar lo miserablemente ruines que pueden ser los "demócratas".
Aterrizando en el caso concreto de la gestión de Susana Villaran en cuya defensa sus ardorosas legiones mediáticas han salido a tildar de "borregos", "vendidos", "mafiosos" y "corruptos" a todos los que estén a favor de la revocatoria contra su "santa tutelar". Una vez más queda demostrado de manera categórica que el respeto, la tolerancia y los valores democráticos les llegan altamente a las huestes izquierdistas y sus amigotes para las cuales el derecho a pensar distinto es un pecado y un crimen que debe ser castigado con el apropiado uso de la moderna maquinaria inquisitorial caviar. Sucede simplemente mi nada queridos y poco estimados susanitos, que si a ustedes les parece que la gestión de la alcaldesa es de la PTM, a otros nos parece que esta hasta las h... Creo que esto se deja entender, así que lo dejo ahí.
El caso de la revocatoria es interesante porque desnuda tal cual a la izquierda ligth y su argolla de amigos y defensores. Las semanas pasadas hemos visto como todos ellos se pusieron en contra del fallo del Jurado Nacional de Elecciones que permitió la continuidad del proceso de la revocatoria por considerar que había sido un error no corregido en su debido momento por el discutido funcionario de la RENIEC, Carlomagno Salcedo, lo que impidió que los prorevocatoria no cumplieran con entregar los lotes de firmas requeridas en su debido momento, pero como no fue de acuerdo a los intereses de la argolla caviar y esta a pesar de todo su poder no logro direccionar el fallo de los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, pues estos han sido declarados ipso facto como mafiosos y corruptos. Puede que Marco Tulio no le caiga bien a muchos, pero la ley estaba de parte de los impulsores de la revocatoria. El viejo dicho: "Dura ley, es la ley" es algo que se ve bien en el imaginario caviar como tampoco se ve bien para los émulos y herederos de Don Vito.
Los caviares que a la larga no son más que una mafia más de las muchas que ya tenemos, están acostumbrados a presionar al aparato estatal y a los actores políticos con sus ofensivas mediáticas y la velada amenaza de violencia (algunas veces no tan velada) de sus marchas y plantones. Puede que no utilicen maletines cargados de billetes como sus competidores de otras mafias para comprar el favor de los funcionarios, pero en esencia el procedimiento busca lo mismo que es torcer el recto camino de la justicia a favor de intereses particulares y ambos caminos conducen a la degradación de los criterios mínimos de ley y orden que hacen deseable la democracia como sistema de gobierno.
Iván Budinich Castro ivanbudinich@yahoo.com @ibucas