Pero vayamos por partes.-

“Charlotte Goiar” (nombre artístico)  dice que es un hombre que sufre desde su infancia el conocido como Síndrome de Harry Benjamin, que se explica como una incapacidad para asumir el propio sexo, que algunos achacan a una “mutación” genética y que la OMS llama incongruencia de género y que ella llama enfermedad.

Lo cierto es que nadie nos ha contado cuáles eran las condiciones de vida y la educación que recibió el niño que ahora se hace llamar “Charlotte Goiar”, pero todo parece indicar que carecía de referencia paterna clara, es decir masculina y si de una gran devoción por su admirada madre de la cual ha difundido fotos por todos los medios, hasta tal punto que ayer había más fotos de su madre que de ella misma, en alguna foto se las ve juntas en cama.

Llevó a cabo una batalla para conseguir cambiar su sexo, algo que comenzó en 2015 y terminó un año más tarde, después de mucho ruido mediático en el que intervinieron diferentes personalidades y organizaciones políticas que ahora se tiran de los pelos.

Por aquel entonces denunciaba que mal vivía gracias al RISGA (Renta de Inclusión Social del Galicia, una pensión para aquellos que carecen de recursos) que se encontraba bajo los efectos de una profunda depresión y sometida a tratamiento psiquiátrico (Europa Press).

Claro que lo que sorprende es que Charlotte, viviera del RISGA y tuviera una página web que a su vez estuvo enlazada con su Twitter @charlottegoiar, que ambos estuvieran inactivos hasta hace pocos días y que la foto no sea de ella sino de su mamá.

Pero la historia ha cambiado y Charlotte se ha convertido en un fenómeno mediático de primer orden gracias a su adhesión a las Nuevas Cruzadas Cristianas de Hazte Oír y el autobús de la discordia, que parecen conducirla a candidata de cabeza de lista.

Lo que afirma Charlotte es que es una enferma, la duda es: ¿mental o sexual?

Su vida ha cambiado gracias al descubrimiento de la verdad revelada y si Sáulo fue derribado del caballo por la luz cegadora del cielo, Charlotte ha descubierto en el autobús naranja la verdad del naranjito que te da dinero si te arrimas un poquito, el ansiado trabajo que estaba esperando.

Basta de vivir en Vigo de la miserable RISGA de Feijoó, ha llegado la hora de convertirse en la heroína del autobús, en la Juana de Arco de la civilización cristiana.

Lástima de retórica podemita cuando en Noviembre pasado le enviaron una carta abierta, que aún se puede leer en el Twitter de la susodicha desde los Círculos Feministas de Podemos Galicia como si de una camarada se tratara, una amiga, una colega… una hermana. Lástima de voluntarismo podemita, que lástima.

“Charlote Goiar” en un alarde de inteligencia afirma sobre su “enfermedad”:

“No hay conexión con la homosexualidad o la orientación sexual. Es un problema físico. Yo soy heterosexual, soy una mujer a la que atraen los hombres que no se desarrolló correctamente”.

Por eso ha tenido que pasar por un quirófano como todos transexuales habidos y por haber, que desde temprana edad se consideraron mujeres atrapadas en un cuerpo de hombre.

Pero a Charlotte se le ha aparecido dios y le ha dicho que ella ha sufrido una enfermedad, que tiene cura, que la pagamos todos con nuestros impuestos y que a partir de ahora ha de predicar por el mundo que la homosexualidad es una enfermedad curable y que como todo curable puede someterse a la medicina preventiva.

O sea:

Lo natural es que tengas pene, pero si no te desarrollas correctamente, te curas y ya está… es un problema físico.

Mañana hablamos de la libertad de enseñanza, de los lobbys  y de los lobos disfrazados de corderos.

@ordosgonzalo

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