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El turismo en la Antártida y su impacto en el medio ambiente será debatido en la XXXVII reunión consultiva anual del Tratado Antártico que se inauguró el lunes en Brasilia.
"Algunos países ven con cierta preocupación la cuestión, consideran que hay demasiado turismo en la región", explicó en rueda de prensa el secretario de la Comisión de Recursos del Mar de Brasil, Manoel Silva Rodrigues.
"La preocupación del Sistema Antártico es que haya reglas para la preservación del continente", dijo a la AFP el director de Medio Ambiente de la cancillería brasileña, José Raphael Azeredo.
Unos 32.000 turistas visitan cada año la Antártida, explicó a la AFP Francisco Berguño, jefe de la delegación chilena y de la Dirección de Antártica de su cancillería.
"Lo más importante es que el turismo tiene que ser totalmente controlado para minimizar cualquier daño al continente", explicó.
El turismo en el continente blanco, que en los años '90 no pasaba de 5.000 viajeros por año, se ha multiplicado, principalmente vía cruceros de lujo, aunque también con vuelos que llegan al continente.
El caso de un barco ruso que quedó varado durante varios días al final del año pasado en la Antártida reavivó el debate sobre el turismo y desató críticas en los medios científicos.
Cincuenta países son parte del Tratado Antártico, que entró en vigor en 1961. Brasil es desde 1983 uno de los 29 países consultivos, con derecho a voto y decisión.
Las reuniones, que son anuales, se extenderán en Brasilia hasta el 7 de mayo. Otros temas que serán abordados son el avance de la investigación biológica y la conservación de la flora y la fauna en el continente helado, además de la cooperación entre los Estados partes, informó la cancillería brasileña.
El Tratado Antártico establece la no militarización de ese continente, libertad de investigación científica, protección del medio ambiente y suspensión de reivindicación territorial.