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Escribió en la red social china Weibo que su madre había dado positivo en la prueba de COVID-19 dos días antes, y que tanto él como su mujer y su bebé tenían síntomas
Por: Frank Fang, Epoch Times
Los ciudadanos chinos que viven en la ciudad nororiental de Changchun están pidiendo ayuda en Internet después de que las autoridades locales les dijeran que no salieran de sus casas por las medidas de prevención del COVID-19.
Uno de los ciudadanos que pide ayuda es el Sr. Zhao. El 30 de marzo escribió en la red social china Weibo que su madre había dado positivo en la prueba de COVID-19 dos días antes, y que tanto él como su mujer y su bebé tenían síntomas de COVID-19.
“Ahora, tres adultos y un niño de 5 meses tienen fiebre de 38.8 grados centígrados”, escribió, añadiendo que había hecho numerosas llamadas, pero que ni el comité de su comunidad ni las autoridades locales de prevención de enfermedades le habían ofrecido ayuda alguna.
“No tenemos medicinas ni alimentos en casa. … [Nuestra puerta principal] ha estado sellada durante cuatro días. Y nuestro comité comunitario no nos ha enviado ningún suministro”, dijo. “No quiero ver a mi hijo morir en casa. Espero que la gente comparta mi mensaje para que podamos recibir ayuda”.
Horas después de publicar su mensaje en Internet, Zhao declaró a The Epoch Times que las autoridades locales les habían ignorado por completo.
“Pedimos que nuestro hijo se sometiera a una prueba de ácido nucleico, pero el comité comunitario se negó. Mi mujer y yo también pedimos que nos hicieran la prueba, pero la petición fue rechazada”, dijo. “Nuestros síntomas son iguales a los que tenía mi madre cuando dio positivo por primera vez”.
Dijo que sospechaba que todos ellos tenían el virus PCCh, que causa la COVID-19.
Zhao también criticó el trato que recibió su madre. Dijo que nadie había venido a trasladar a su madre a una sala de aislamiento ni a enviarla a un centro médico para que recibiera tratamiento.
Los funcionarios de la comunidad también se han negado a enviarles comida, según Zhao.
Changchun ha sido una de las muchas zonas de China duramente afectadas por la propagación de la variante Ómicron del virus del PCCh. En marzo, la ciudad informó de más de 10 mil casos de infección, aunque es probable que el número real sea mucho mayor, ya que los expertos y algunos habitantes chinos han expresado anteriormente su escepticismo sobre las cifras oficiales chinas en medio de la pandemia.
El aumento de los casos de infección hizo que las autoridades sanitarias de Changchun anunciaran el 11 de marzo duras medidas de cierre, poniendo a todas las comunidades bajo “control de aislamiento” y exigiendo a las empresas que suspendieran sus operaciones. Además, todos los habitantes de la ciudad debían someterse a las pruebas de COVID-19.
Estas pruebas masivas no se limitan a Changchun, sino que se han visto en toda China. El régimen chino está utilizando las pruebas masivas para perseguir todos los casos del virus, aislar a las personas expuestas al mismo y bloquear las zonas donde se registran casos, en una política conocida como “Cero COVID”.
Sin embargo, esta política ha alimentado un creciente descontento en China, ya que los residentes están molestos por tener que asumir los costes económicos y psicológicos que conllevan estos métodos.
Una habitante de Changchun llamó la atención de las autoridades sanitarias locales tras pedir ayuda por Internet.
La Sra. Sun publicó un post en Weibo el 30 de marzo, diciendo que su marido ya había dado positivo en la prueba de COVID-19. Sin embargo, los funcionarios locales no habían acudido a su casa para examinar a los familiares. Ahora ella tenía síntomas de COVID-19, al igual que sus cuatro hijos.
Sun expresó su esperanza de que todos los miembros de su familia se sometieran pronto a las pruebas de COVID-19 y recibieran tratamiento médico.
Lin Wei (seudónimo), pariente de Sun, dijo a The Epoch Times que los funcionarios locales fueron a la casa de Sun y examinaron a todos después de que publicara sus demandas en Internet.
Lin dijo que, si los funcionarios hubieran actuado con mayor rapidez, acudiendo antes a la casa de Sun y aislando a todos, los niños podrían no haberse infectado.
Se confirmó que su marido había contraído el virus el 28 de marzo, dijo Lin. Al día siguiente, un funcionario acudió a la casa de Sun, pero sólo quiso examinar a dos de los cuatro niños. Ese mismo día, las autoridades locales sellaron la puerta principal de la casa de Sun, impidiendo a la familia salir.
Entonces Sun empezó a llamar a múltiples oficinas gubernamentales en busca de ayuda, incluida la oficina del alcalde, pero nadie estaba dispuesto a ocuparse de los problemas de su familia, dijo Lin.
Según Lin, Sun, su marido y sus hijos siguen en una situación desesperada: les faltan alimentos y medicinas, y no saben si recibirán tratamiento médico.
Lin criticó a los funcionarios de la comunidad de Sun, diciendo que no se preocupan realmente por lo que les ocurre a Sun y a su familia.
Zhao Fenghua y Hong Ning contribuyeron a este informe.
Traducción: Lucía Aragón