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La codependencia; sufrir de una tortura constante infligida por sí mismo es un problema difícil de enfrentar, pero tiene solución
¿Has sentido alguna vez que esta realidad, fue diseñada con el único fin de hacerte sufrir? ¿Te cuesta trabajo aceptar y manejar lo que estás sintiendo? ¿De pronto te sientes furioso sin saber por qué? La codependencia es una condición que afecta a muchas personas alrededor del mundo, principalmente a todos aquellos que están o estuvieron en contacto constante con la vida de algún alcohólico. Saber detectar a tiempo si eres codependiente es muy importante para una sana recuperación. A continuación te haremos saber si tienes el perfil para considerarte una persona con este problema.
En principio debes entender que esta condición no es nada del otro mundo, no tiene que ver con si eres malo, bueno, inteligente, capaz o cualquier otra cosa, es solo el resultado de tus vivencias, su relación con tu carácter y la forma en que reaccionas a las cosas de la vida. Por lo general una persona desarrolla codependencia después de muchos años de vivir situaciones de alto estrés en su vida, como las pueden producir las personas cercanas con alguna adicción. Una característica principal de alguien codependiente es su incapacidad para aceptar sus propios sentimientos, sentir enojo, tristeza, desánimo, alegría, o cualquier otro sentimiento puede volverse algo imposible de aceptar en su propia persona. Se reprochan a sí mismos sentirse de tal o cual manera, y reprimen esos sentimientos, que no desaparecen, solo se esconden el algún rincón del ser a la espera de alguna oportunidad de salir. Pensamientos torturadores constantes acompañan los días de estas personas, lo cual hace su vida algo difícil de sobrellevar.
Los permanentes "debería de", "debí decir", "debí de hacer", "debería de estar" son como taladros perforando la mente de un codependiente, de manera constante y sistemática pueden pasar el día deseando estar en otro lugar, haciendo otras cosas, soñando con otra vida diferente a la que tienen, pero sin la claridad y asertividad que se requieren para llevar a cabo sus planes, se vuelve un sistema de tortura que forma parte de su vida diaria. Vivir así no es saludable, pero un codependiente no puede dejar de hacerlo por sí mismo, está fuera de control, fuera de sí, ha pasado gran parte de su vida reclamándose a sí mismo lo que los demás intentan hacerle entender pensando que no se da cuenta, sí se da cuenta, solo no sabe qué hacer con tantas emociones reprimidas.
Siempre es importante acudir con un especialista, buscar ayuda es el primer paso para desprenderse de este malestar
La ira es un de esas emociones intensas que un codependiente acostumbra reprimir. Está furioso con las acciones de esa persona alcohólica o drogadicta con la que ha vivido o vivió, pero no puede decírselo porque el adicto tampoco es culpable de ser adicto, ya bastante está sufriendo al vivir esclavo del alcohol o de la droga, entonces el codependiente solo puede callar, enviar ese coraje a alguna parte de su cuerpo para que esta lo absorba, sella las salidas del vapor haciendo que este se almacene hasta el grado de destruir su propia autoestima y descargar ese coraje contra sí mismo. Estás dinámicas en la vida del codependiente lo vuelven una persona con una tristeza permanente, o con un miedo enorme a la vida y las personas, sentimientos que al no ser procesados de manera saludable tienden a provocar distintos grados de depresión, ansiedad o adicción.
Siempre es importante acudir con un especialista, buscar ayuda es el primer paso para desprenderse de este malestar, como lo dije al principio, ser codependiente no tiene nada que ver con ser buena o mala persona, mucho menos con ser incapaz, es solo una forma de ser, que nos está lastimando, y por consecuencia lo más sano y prudente es aceptar lo que somos, sin juzgarnos, aceptar también que podemos estar mejor, que aquella otra persona tampoco es culpable, cada quien es responsable de sí mismo, cada uno sabemos dentro de nosotros lo que deseamos de la vida, lo que nos hace felices y lo que nos lastima. Como codependiente en recuperación puedo decirte que acudir a terapia y sobre todo, aprender a aceptarme, poco a poco me ha cambiado la vida, me doy cuenta ahora de lo insufrible que se había vuelto mi mundo y agradezco a mí mismo todos los días el haber tomado la decisión de buscar ayuda y cambiar para bien.