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Una de las grandes preocupaciones del mundo occidental es el incesante goteo de atentados terroristas marcados por el fanatismo religioso y la venganza, en una cadena que parece no tener fin desde comienzos del presente siglo
Si se observa de cerca el nacimiento de esta escalada de violencia, su desarrollo y la evolución de los acontecimientos políticos desde entonces, podemos deducir que se ha producido un profundo cambio en Oriente Medio y una atomización de las corrientes políticas y musulmanas del siglo pasado, dando paso a centenares de nuevas organizaciones, casi todas ellas de signo religioso.
El desmoronamiento de la URSS, parece haber producido una avalancha que se ha llevado por delante a los regímenes sustentados por el movimiento socialista islámico Baaz, que tenía en la URSS, a su principal aliado.
Desaparecido el "socialismo", sólo queda el islamismo como escapatoria y alternativa frente a un occidente empeñado en no entender el mundo del islam.
Un occidente empeñado en convertirse en salvador del mundo y portador de valores universales incuestionables, que desprecia la diversidad y la pluralidad de un mundo globalizado.
Y es precisamente esa globalización, la que se percibe como una amenaza entre los musulmanes, ya que muchos de ellos ven en la globalización la imposición del modelo occidental frente a la diversidad cultural y especialmente un ataque a su cultura.
Los países occidentales, lejos de aprender de los errores del pasado, los repiten de forma sistemática y cerril, radicalizando cada vez más a los musulmanes, forzados a encerrarse en sí mismos, como mecanismo de defensa ante la prepotencia despótica de occidente.
Ese encerrarse en sí mismos, implica una buena dosis de radicalización y de agudización de las contradicciones internas de los musulmanes, lo que provoca una atomización en distintas corrientes, a cada cual más extremista, que terminan por enfrentarse en la disputa por la hegemonía dentro del nuevo orden que se pretende implantar, sustituyendo a los regímenes anteriores, considerados caducos y serviles.
Cada pueblo tiene derecho a escribir su propia historia
Buena parte de occidente se está sirviendo de estas guerras internas, para la venta indiscriminada de armamento de todo tipo, de forma oportunista e irresponsable, hasta tal punto que la situación se le ha ido de las manos e ignoran quién es el destinatario final de un armamento que sirve para sembrar el terror en las calles del mismísimo vendedor y dar muerte a sus vecinos o parientes.
Mientras tanto y por suerte, una parte de la izquierda socialista islámica, se recupera y amplía sus bases en medio del caos imperante.
El problema kurdo encuentra en esta crisis, una grieta por la que dar salida a su situación, a la vez que se impone como interlocutor necesario y casi imprescindible a la hora de contener al fundamentalismo irracional del DAESH y la oposición iraní logra ampliar sus bases y el apoyo internacional.
Está por lo tanto configurándose un nuevo escenario, con unos nuevos actores, a los que hay que escuchar atentamente, en vez de ahogar e intoxicar sus discursos.
La comunidad internacional debe tomar conciencia del parto histórico que se está produciendo en Oriente Medio, donde Kurdos y Persas, están jugando un papel decisivo, en el combate por frenar el terrorismo islamista.
Toca por tanto, garantizar los territorios conquistados por los kurdos y a su vez las conquistas del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní, como elementos que garantizan la contención del DAESH.
Frente al Circo que han montado Turcos, Sirios, Iraquíes e Iraníes, con la comparsa de los Emiratos Árabes y los Aliados, es hora de apoyar una salida negociada con el patrocinio de la ONU y acabar definitivamente con el DAESH.
Oriente Medio necesita un nuevo orden que se ajuste a la realidad de sus pueblos y son estos pueblos los que están marcando el camino en medio de la lucha contra el terrorismo islamista.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro