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Viene, pues, un día brillante, un día lleno de paz, justicia, santidad y gozo sin igual. Dios enviará a Jesús de regreso a la tierra para componer las cosas. Sus seguidores serán resucitados para inmortalidad y asignados a posiciones de autoridad
Por todo el Nuevo Testamento, vemos una atención privilegiada para con la iglesia, los redimidos por la sangre de Jesucristo. Él mismo nos promete: ‘ Volveré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis’ (Juan 14:3). En su oración sacerdotal, nuestro Señor hace una gran distinción entre los suyos y ‘ el (resto del) mundo’ , diciendo: ‘ No ruego por el mundo, sino por los que me diste’ (Juan 17:9). Y además, reitera su gran deseo de tenernos a su lado como esposo fiel: ‘ Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado...’ (Juan 17:24).
Viene, pues, un día brillante, un día lleno de paz, justicia, santidad y gozo sin igual. Dios enviará a Jesús de regreso a la tierra para componer las cosas. Sus seguidores serán resucitados para inmortalidad y asignados a posiciones de autoridad. Durante este tiempo, la tierra será restaurada en paraíso. Los desiertos florecerán, los patrones climatológicos se alterarán, la contaminación cesará, y el hambre será reemplazada por abundancia. Éste es el Reino de Dios. Como un camión Mack que acelera por la autopista, no hay quien detenga la llegada inminente del Reino. Dios no permitirá que algo impida Su plan para la tierra. La llegada del Reino es inevitable y viene pronto.
Sólo aquellos que están esperando al novio entrarán a la fiesta de bodas
¿Está usted listo? Para llegar a estar listo, usted tiene que oír, entender, y aceptar estas nuevas sobre el Reino venidero. En adición a esto, aun existe un problema serio. Sus pecados. No se le permitirá la entrada al Reino a nadie que tenga pecados no perdonados. Pero Dios tiene una solución. La única manera en que sus pecados (no importa los que sean) pueden ser borrados es que usted crea que Jesús?el rey del Reino?murió por usted y que Dios lo levantó de los muertos. Declare a Jesús como su señor y salvador personal, y sea bautizado en su nombre. Comprométase a obedecer las palabras de su nuevo señor, Jesucristo. Cambie su vida rechazando el pecado y acogiendo una manera santa y recta de vivir en servicio amoroso al que murió por usted.
Recuerde, el día de la gran consolación viene. Tanto el Señor como nosotros, anhelamos aquel día glorioso en que se cantarán ‘ aleluyas’ en los cielos y en la tierra. ¡EL GRAN DÍA DE LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO HABRÁ LLEGADO!
Estamos invitados a ser parte de la boda de Jesús
A través de la parábola de las diez vírgenes, el Señor Jesús advierte acerca de la necesidad de velar para no ser sorprendidos por su advenimiento (Mat.25:1-13). ¿Estará usted atento a su llegada?