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La corrupción no tiene bandera ni ideología. Estamos bajo la fachada de un gobierno nacionalista cuyos funcionarios se equiparan a lo peor de los gobiernos aprista, toledista y fujimorista
Días atrás leía lo dicho por el Papa Francisco respecto a la corrupción y los corruptos. Fuertes expresiones que muestran la desazón del líder espiritual respecto a esta lacra social. El corrupto es un ser “peligroso” para la sociedad, dijo.
Vivimos en un país, llamado Perú, en el que la corrupción está presente en todo nivel de dirección del aparato estatal. ”Qali Warma”, el programa estrella de Humala y esposa se cae por el grado de corrupción en el cual está inserto. Todos los días las noticias muestran que este servicio – desayuno escolar – ha servido para robar “sin roche” contratando a empresas que con el objetivo de recuperar la “mordida” utilizan insumos de calidad cuestionables, en procesos productivos donde la salubridad no existe porque no está considerado en el plan de costos. El producto está contaminado con “caca”.
Y la corrupción no tiene bandera ni ideología. Estamos bajo la fachada de un gobierno nacionalista cuyos funcionarios se equiparan a lo peor de los gobiernos aprista, toledista y fujimorista. Todos roban, todos piden de la suya, todos tratan de lograr su “bolsita”, de sacar alguito. ¡No hay diferencia!.
Les comparto mi experiencia. Participé de un proyecto de índole educativo, la mejora de la calidad educativa en los colegios estatales de un determinado distrito a través de la capacitación de sus maestros. Era el agente de enlace entre la ONG y el municipio. Nos entrevistamos varias veces con los funcionarios, participamos en una sesión de consejo y los regidores y el mismo alcalde nos aplaudieron, les explicamos que conseguimos casi cien mil soles como parte de este proyecto, esperando la contraparte del municipio, el 25% de ese importe y que la carta que el anterior alcalde firmó fue base para el logro de ese monto. Nos dieron el pase para implementar el proyecto y empezamos con un plan inicial de cuatro meses.
Y los problemas empezaron. Los funcionarios nos comentaban que el alcalde quería retirarnos para implementar el mismo proyecto con otra ONG. Logramos entrevistarnos con él y sus “asesores” y sin tapujos nos dijo: “y el apoyo?”. Por supuesto que dijimos ¡NO!. El proyecto se cayó, se devolvió el dinero a los aportantes, quedamos mal con los facilitadores, con los maestros, pero no le dimos “de la suya” a este corrupto político. Hoy sigue en ese mismo municipio como Alcalde, con problemas de corrupción que a diario aparecen en las noticias.
“donde se pone el dedo, salta la pus”, simbolismo de la corrupción, de lo que hoy vivimos y nos afecta como país y nación
Conversaba con un ex regidor de uno de los distritos más grandes de la provincia de Arequipa. Me contaba que el Alcalde siempre le ofrecía “una obra”. Era la manera cómo mantenía “contentos y callados” a la mayoría de sus regidores. Este ex regidor, amigo mío, claro que no aceptó y siempre estuvo en “la Siberia”. Actualmente ese ex alcalde viene preparando su plan para las elecciones del próximo año. Dato: no liquidó alrededor de 100 obras hechas en su periodo. Ya sabemos la razón.
Mi padre contaba que cuando reconstruyeron el colegio donde trabajó toda su vida y que se vio afectado por el terremoto del 2001, la rapidez conque se logró dicha obra fue gracias a las “aceitadas” que recibieron eficientes funcionarios de educación que validaron en un abrir y cerrar de ojos todas las licencias y permisos para la reconstrucción. Y la licencia de construcción del municipio correspondiente, ni qué decir, se dio gracias al “sobrecito” correspondiente. Mi padre está en el cielo y no me dio nombres para corroborar.
En fin, tres ejemplos de corrupción que son la muestra de lo que se vive a diario en el ámbito estatal. Todos sufrimos por este “virus social” que se instala en el arranque del disco duro de todo político y funcionario público que en vez de servir buscan el beneficio propio. Esa es la diferencia entre el político y funcionario que delinque con el político y funcionario que rechaza estas prácticas y se dedica tan sólo a servir al otro. Al final termina siendo visto como “bicho raro” entre cientos de gusanos y alimañas.
Gonzales Prada, el anarquista de aquella incipiente república llamada Perú, denunciaba en sus escritos sobre aquella corrupción en la que convivía el peruano a inicios del siglo XX y que se mantiene vigente en pleno siglo XXI al describir “a la clase dirigente que gobierna el país”, pudiendo decir con él que “donde se pone el dedo, salta la pus”, simbolismo de la corrupción, de lo que hoy vivimos y nos afecta como país y nación.
Demos la razón al Papa Francisco, el corrupto es un “ser peligroso” para la sociedad y nuestro deber es combatirlo. ¿Cómo?, no siendo parte de ese proceso de corrupción a la peruana.
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El corrupto es un ser “peligroso” para la sociedad