¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Gladys Godines escriba una noticia?
Quien no ha jugado Crazy Combi en facebook..., quien no ha subido alguna ves a una couster (vehículo de transporte publico), bueno mi columna de hoy va dedicada a una de las experiencias mas espeluznante que se puede vivir dentro de un vehículo como estos
Mi historia comienza a eso de las 6 p.m. en la avenida Alcázar, esperaba en el paradero (Un verdadero paradero porque estuve 10 minutos parada pues no había ni una banca en donde sentarse) la llegada del vehículo que me transportaría a mi casa, alcé la mano para detener el vehículo el cual venia lleno pero lo tome sin importar aunque iría parada estaría cómoda. Avanzo unas dos cuadras mas cuando se lleno, pero eso no basto pues la cobradora aun seguía llamando a mas pasajeros, estaba tan abarrotado el vehículo que no se podía cerrar la puerta (Creo que la cobradora pensaba que estaba concursando en mientras mas llenas el carro te llevas un premio). En el paradero de la UNI una señora de edad avanzada subió al vehículo y pidió por favor el asiento reservado a lo cual nadie respondió a la petición (yo no pude pues me encontraba parada), fue entonces cuando pidió a la cobradora que le diga a alguien el asiento a lo que la cobradora respondió: Señora si quiere bájese. Luego un joven educado le dio asiento a la señora.
Ese no es el final de mi historia pues les contare que el chofer se encontraba con un estado emocional melancólico o romántico (no se con exactitud cual pero ni me interesa) pero lo deduje por la radio emisora que escuchaba a todo volumen (que tal contaminación auditiva), sumémosle que tocaba el claxon sin motivo alguno: para llamar pasajeros, porque el semáforo se puso en rojo justo cuando iba a cruzar (como si tocando el claxon el semáforo se fuera a apurar en cambiar de color) es que nadie le dijo que los semáforos están programados; cuando le increpe que tocar el claxon sin razón alguna esta penado, que la policía le podría poner una multa por hacer esa gracia solo atino a mirarme y reírse (el colmo del descaro). Es así como llegando casi a la mitad de mi destino decidí bajarme del vehículo y tomar un taxi, para llegar viva a mi casa.
Cuando exista mas respeto por las personas a las que transporta quizás ese día seremos un país un poco mejor
Moraleja: Quizás sea la necesidad de las personas de transportarse de un lado a otro la que nos obliga a subirnos a un vehículo lleno; pero es un abuso llenar el vehículo al extremo son vidas a lo que están transportando, tal vez poco o nada les importa a estas personas que brindan un mal servicio ya que inclusive responden mal como la cobradora de esta combi. Cuando exista mas respeto por las personas a las que transporta quizás ese día seremos un país un poco mejor