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No solo cumple la función de perpetuar la existencia de las especies en el mundo, sino que además es un gran condimento de nuestras vidas, fuente de placer, motivación, satisfacción, el sexo es sumamente importante y de ello hemos dado cuenta los hombres a través de nuestra historia gracias al arte.
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En el caso de la literatura, encontramos obras que han abordado lo erótico y sexual de manera exquisita y lo han llevado a niveles elevados. Como "Los cuadernos de Don Rigoberto", por ejemplo, de Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura 2010), su segunda novela con temática erótica (la primera fue Elogio de la Madrastra) y que nos presenta una interesante y envolvente fusión entre sexo y arte, ficción y realidad.
Don Rigoberto, un hombre común y corriente, un cincuentón que se defiende de la intrascendencia y monotonía de su vida con la imaginación, es el protagonista de la novela y principal motor de las fantasías eróticas que se nos muestran, por ejemplo en el segundo capítulo del libro, en el que vemos a Lucrecia, su esposa, tendida en la cama, desnuda, excitada, untándose miel en su sexo para luego liberar a los gatos cachorros que Rigoberto le ha regalado, cierra sus ojos y deja que los gatos laman por instinto, desatando sus gemidos.
Pero hay un personaje más que crea tensión en la novela, se trata de un muchachito que lleva el sexo a sus límites, a las fronteras de lo moralmente aceptado. Se llama Fonchito y es un púber, hijo de Don Rigoberto, hijastro de Lucrecia, un delgado e inteligente muchachito que despierta al sexo e inquieta con sus juegos a Lucrecia (se trata de su madrastra, si se tratara de su madre, el libro habría sido aberrante) porque estos tienen una fuerte carga erótica pues se inspiran en cuadros de Egon Schiele, en las posturas que estos muestran.
Y esto me permite mencionar un elemento más que hace que la relación sexo y literatura se intensifique en la novela: la pintura. Los cuadernos de Don Rigoberto es un "museo" en el que los relatos tienen como puntos de partida algún cuadro importante en la historia del arte, como por ejemplo "El origen del mundo" y "Pereza y lujuria" de Gustave Courbet, "Diana y sus compañeras" de Johannes Vermeer, "El baño turco" de Jean Auguste Dominique Ingres, los entre otros.
Según el propio Vargas Llosa, Los cuadernos de Don Rigoberto terminan siendo una ficción erótica que se alimenta de la propia ficción, es decir, del mismo arte. De modo que sexo y ficción son los dos grandes pilares que sostienen todo el libro.
Sin duda se trata de una deliciosa novela en la que podemos disfrutar del erotismo y la buena literatura.
Miruton
Después de conseguir alojamiento en Madrid Los cuadernos de Don Rigoberto es una lectura recomendada, sobre todo si como yo disfrutas de la unión entre sexo y literatura, si estás acompañado o buscas compañía para disfrutar más intensamente de tus vacaciones, esta lectura podría resultar muy estimulante.