¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Blog Catarsis Y Harakiri escriba una noticia?
Autor: Victor Chigne ¿De que hablamos cuando hablamos de marxismo cultural?
Es un hecho que en la lucha por la libertad en el Perú, los liberales tenemos en el sector conservador a los mejores aliados. La dictadura mediática, académica, ejecutiva, legislativa y judicial de la izquierda en el Perú ha hecho que el conservadurismo y el liberalismo converjan en casi todos sus objetivos. Y eso es bueno, ya que el sector conservador tiene generalmente las mejores reservas de inteligencia, educación y sentido común. Sin embargo, hay diferencias importantes que es bueno dejar en claro para poder avanzar en el camino de despejar al Perú de esta izquierda que le ha tanto hecho daño. Con las cuentas claras, se conservan las amistades. Uno de los mantras que están apareciendo cada vez más frecuentemente por parte de los conservadores es calificar toda desviación de la ortodoxia conservadora como "Marxismo Cultural". Según alguna concepción, los ateos, los que piden no discriminación contra los homosexuales, los que tienen objeciones al catolicismo como institución, etc., son todos "Marxistas Culturales", es decir seguidores de Gramsci, Adorno, etc., en el alucinante esfuerzo de hacer que el Marxismo triunfe como sistema social mediante el expeditivo camino de destrozar todas las instituciones tutelares de la cultura occidental, tales como la familia, el matrimonio y la iglesia. Aclaremos este tema de una vez por todas. El Marxismo Cultural existe y está muy arraigado en la sociedad, los medios y el ambiente académico. Tiene cientos de vertientes, desde el ecologismo extremo hasta el feminazismo, pasando por el antinorteamericanismo extremo, los movimientos por la "humanización" de los animales, los movimientos pro afirmación positiva, el anticonsumismo, el movimiento por la sostenibilidad, el neokeynesianismo, el posmodernismo, etc. Sin embargo, para atacar el verdadero Marxismo Cultural hay que dejar de perseguir el falso Marxismo Cultural. El Marxismo Cultural es un movimiento demasiado peligroso como para gastar esfuerzos en luchar contra espejismos y utilizarlo como etiqueta para todo lo que no nos gusta. Revisemos algunos temas ahora candentes: El ateísmo. Hay conservadores que claman que toda desviación del catolicismo ortodoxo es un esfuerzo por destrozar la institución matriz de la cultura nacional y que ser ateos, difundir el ateísmo, criticar la doctrina católica, etc., son actividades en la agenda oculta de los marxistas culturales para bombardear el sistema capitalista y occidental que nos acoge. Eso por supuesto, es falso. El Ateismo per se no es nada inherente al marxismo. Pensadores liberales tan influyentes comoAyn Rand eran abiertamente ateos. Los Padres Fundadores en USA, creadores de una de las mejores constituciones del mundo, tenían entre sus miembros un buen porcentaje de ateos, agnósticos y deístas. Y entre las muchas cosas buenas que plasmaron, la separación entre la iglesia y el estado es una de las mas valiosas para toda sociedad liberal. Propuestas de Marxismo Cultural en este campo son las siguientes: Prohibir expresiones religiosas privadas, cuotas obligatorias de ateos en la universidad, puestos públicos, listas parlamentarias, etc., financiamiento estatal para organizaciones ateas y programas y medios de difusión ateos, prohibición de publicidad religiosa y canales religiosos, etc. En cambio, promover el ateísmo como individuo u organización civil, criticar el catolicismo, criticar la religión en general, criticar el apoyo estatal a la religión organizada, criticar el uso de espacios públicos para exhibir imágenes o símbolos religiosos, etc. NO ES Marxismo Cultural, bajo cualquier definición correcta del mismo. Podrá ser anticatolicismo, antireligiosidad, ateísmo militante, etc, pero no es marxismo cultural. Un caso parecido es la actitud ante la homosexualidad. El Marxismo Cultural consiste en varias actitudes sobre el tema, por ejemplo cuotas de trabajo o en listas parlamentarias para homosexuales, privilegios para homosexuales en causas de despido, obligatoriedad de estudios pro homosexuales en los colegios, prohibición de expresiones que se puedan considerar ofensivas para ellos, etc. En cambio, pedir que no se discrimine a los homosexuales en acceso a instituciones estatales, matrimonios, adopciones, etc., protestar contra los actos de violencia cometidos contra ellos, permitirles expresarse de la misma manera que cualquier otro ser humano, etc. NO SON Marxismo Cultural. Puede ser tener una agenda pro homosexual, tener demasiadas contemplaciones con ellos (no veo cómo, porque ya está demostrado científicamente que es un tema estrictamente genético, en la cual la voluntad humana no tiene nada que ver, pero en fin), etc. En general, Marxismo Cultural es cualquier forma de tratar de obligar a los individuos a aceptar cierto comportamiento, sea cual sea y bajo el disfraz que sea. Por ejemplo, la ley de cuotas especiales en empresas para trabajadores discapacitados, las leyes de alternancia de género en listas parlamentarias, las prohibiciones de anuncios de alimentos "chatarra" por TV, las leyes antitabaco que prohíben áreas para fumadores, etc., son expresiones puras de Marxismo Cultural. Por otro lado, la denuncia del lado negativo del catolicismo, expresar el ateísmo libremente, estar a favor del matrimonio o la adopción homosexual, etc., son expresiones equivalentes al sufragio femenino, matrimonio interracial, despenalizaciones del ateísmo, etc., es decir propuestas perfectamente liberales. No son conservadoras, sino liberales. Claro que la propuesta liberal máxima va por el lado de la privatización total del matrimonio, por la financiación completamente privada de la religión y por la libertad total de la enseñanza. Pero con esa excusa no nos vamos a oponer a toda mejora. Si el gobierno está entre bajar el impuesto a la renta a 10% o mantenerlo como está, no vamos a luchar contra la reducción a 10% diciendo que lo liberal es que no haya impuesto a la renta. Vamos a luchar por el 10 e inmediatamente después seguir la lucha por una reducción mayor. Los conservadores tienen todo el derecho de estar en contra, pero lo que no pueden hacer es calificarlas como Marxismo Cultural. El Marxismo Cultural es otra cosa, muy distinta, y ante la cual todos debemos luchar. Y la mejor forma de luchar es definiéndola correctamente y no haciéndolo tan difuso e inexacto que la palabra pierda todo su significado. Una vez acabado el verdadero Marxismo Cultural podemos empezar a discutir los temas en los que discrepamos. Cualquier otra cosa es hacerle un favor al verdadero Marxismo Cultural.