Abrimos nuevo debate en IEBS. Esta vez enfocado a nuestros propios límites, a los límites de la tecnología, a cómo hacemos uso de ella y cómo ella puede automatizar prácticas de nuestra vida diaria. ¿Acabará la tecnología controlando nuestras vidas si es que no lo ha hecho ya? Hablaremos de cómo los coches autónomos pueden decidir sobre la vida de sus conductores y de los peatones.

En torno a este tema, te invitamos a que participes a través de Twitter con el hashtag #DebateIEBS y poder así expresar tu opinión. Dentro de un mes, recopilaremos las mejores opiniones y publicaremos un artículo enfocado a las diferentes soluciones y opiniones que planteáis tras la lectura de este artículo.

Imagina que tienes un coche inteligente, que decide por ti. Sois tres personas viajando en el mismo vehículo que, te recuerdo, decide por ti. En la siguiente curva, hay un grupo de diez personas que cruza repentinamente y va a producirse un accidente. ¿Qué ocurre? Efectivamente, el coche decide por ti. ¿Qué decide? Atropellar al menor número de personas. ¿Por qué? Porque está programado para salvar el mayor número de vidas aunque no decida salvarte a ti, el conductor del automóvil.

En torno a una tecnología que envuelve a este tipo de coche autónomo decisorio para salvar vidas, surge un tema moral que hace que nos surjan muchas cuestiones. ¿Tendría yo este tipo de coche? ¿Es ético que un coche esté programado para decidir quién muere y quién no?

Si se trata de debatir sobre la ética en el uso tecnológico, la seguridad es un asunto que nos concierne a todos pero ¿las reacciones vienen acompañadas de la proximidad? Si nos ocurre a nosotros, quizás queramos hablar más del tema, pero también debemos tratar la ética en lo ajeno. Seguramente prefieras no tener ese coche, tal y como lo muestra un estudio publicado por Science pero, ¿querrías que ese coche lo tuvieran los demás?

El estudio descubre grandes contradicciones morales que pueden retrasar los coches autónomos o los llamados coches de nivel 5. Tras la encuesta, el resultado refleja que "aunque los encuestados sí aprueban los vehículos autónomos que podrían sacrificar a los pasajeros para salvar a los otros, prefieren no conducirlos. Además, tampoco aprobarían regulaciones de autosacrificio ".

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Este razonamiento fruto de cuestiones éticas hace que las personas no estén por la labor de comprar un coche autónomo y prefieren ser ellos los que tomen las decisiones. ¿Quién quiere un coche que pueda elegir sacrificarte? Esta decisión, según genera la encuesta, podría retrasar la aplicación de una tecnología más segura.

Quién Aplica de forma autónoma su propio criterio moral, es otro de los temas a tratar. El coche, tú o la compañía automovilística. Corporaciones como Uber, Volvo o Ford se han conglomerado como lobby y tienen influencia en las políticas venideras del sector.

Pero para llegar al nivel 5, ese nivel automovilístico en el que el ser humano no tendrá que hacer nada al montarse en el coche, la sociedad tendrá que pasar por el nivel 3 (los coches más avanzados de hoy) y el nivel 4 o "alta automatización" (para el que tenemos que esperar, por lo menos, cuatro años). De momento ya se han lanzado las primeras previsiones, el confundador de Lyft predice la muerte del coche tradicional en 2025.

La compañía estadounidense de coches eléctricos Tesla utiliza una tecnología basada en cámaras, radares y utrasonidos para reconocer el entorno en el que se mueven los vehículos. Una realidad que ya parece estar superando la ficción: la compañía ha anunciado que sus modelos de nueva producción serán autónomos, rompiendo los esquemas de las predicciones.

Tesla se vio envuelta hace unos meses en polémica cuando un hombre de 40 años falleció mientras conducía un Tesla Model S al colisionar con un camión. La compañía declaró que es la primera muerte en más de 209 millones de kilómetros con el piloto automático activado, frente una media de una muerte por cada 96 millones de kilómetros cuando conduce un humano. Sin duda, un caso con implicaciones éticas sobre la toma de decisiones y de la responsabilidad en caso de accidente.

Aunque todavía no nos hemos topado con el gran salto de inteligencia artificial en las carreteras, diferentes personalidades del mundo de la tecnología ya han opinado y se han visto respuestas de todo tipo planteando soluciones, todas con una base ética. Por ejemplo, la adopción de un sistema más seguro que permite que todos los coches inteligentes se comuniquen entre ellos.

Y tú, ¿qué opinas? ¿crees que la automatización podría llevarnos a una pérdida de la ética y la moral? ¿tienes alguna idea que aportar? Si tienes algo que decir no dudes en comentar y dejarnos tu opinión.

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