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¿Deben morir para recién hallar justicia?

10/05/2017 03:10 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Los casos de violencia contra la mujer en el Perú aumentan pero las penas a los agresores son cada vez más benévolas

 

El hogar debería ser el ámbito en donde los miembros de la familia estrechan lazos de amor y fraternidad, donde los hijos se desarrollan plenamente y donde los padres buscan siempre el bienestar de todos los integrantes y desde luego de ellos mismos.

Sin embargo muchas veces el hogar termina convirtiéndose en un verdadero infierno, en donde los que más sufren son las mujeres y los niños, víctimas de constante abuso físico y psicológico. Justamente en el 2014 el estudio del Instituto Nacional de Estadística  e informática (INEI)  reveló la cifra alarmante de que 12 de cada 100 mujeres en el Perú han sufrido violencia física, psicológica o sexual por parte de sus esposos o convivientes. Basta con ver los noticieros a diario, para darse cuenta que al 2016  esta cifra ha aumentado. Aunque parezca muy duro actualmente el hecho de que el marido maltrate a la esposa, parece haberse vuelto algo bastante normal en nuestra sociedad.

La cruda realidad es que pese a que el Estado ha  implementado leyes para supuestamente proteger a las mujeres víctimas de abusos, las sanciones son poco drásticas para quienes cometen estos delitos. Al parecer la única forma de que el agresor sea recluido en un penal  no es que la víctima quede en coma, cuadripléjica o con daño cerebral, sino más bien que acabe muerta, caso contrario el agresor la mayor parte del tiempo sólo es condenando a pagar una reparación civil y recibe una pena privativa de la libertada suspendida. Para demostrar estas afirmaciones podríamos citar tres casos.

Dos agresores sin castigo justo

En junio del 2012 con el rostro desfigurado e irreconocible por las heridas y moretones, la bailarina Lady Guillén, denunció ante  los medios, haber sido secuestrada y maltratada por su pareja de ese entonces el cantante de cumbia Ronny García. La joven reconoció haber escapado de la muerte pues en un descuido de su enfermizo agresor pudo fugar de la casa en donde durante más de un año sufría a diario un verdadero calvario.

En declaraciones a los medios la propia bailarina admitió que Ronny García le había destrozado hasta el alma: Esto ya me cansó. Basta. Mira cómo me has dejado la cara. Desfigurada. Tengo tres cortes en mi frente, cicatrices que se quedan para toda mi vida. Una nariz rota y mi vida destruida. Eso no se paga. Yo puedo cicatrizar, pero mi alma está destruida”.

Tras la presión de los medios, al ser Lady Guillén una figura del espectáculo Ronny García fue encarcelado ese mismo año, sin embargo debido a la demora del Poder Judicial para dictaminar sentencia, en el 2014 salió en libertad.

Cuando parecía que la bailarina, sobreviviente de todas estas atrocidades por parte de García al fin encontraría justicia, hace pocos días la Primera Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima determinó 4 años de prisión suspendida para Ronny Gracía, es decir el acusado, más allá de la reparación civil que tendrá que pagarle a Lady Guillén, sólo tendrá que cumplir ciertas reglas de conducta pero de todos modos podrá pasearse libremente por las calles. Es más podría volver a agredir  a la bailarina, quien en varias oportunidades ha denunciado amenazas por parte del cantante. ¿Y las autoridades? Bien gracias

A todas luces es un fallo bastante injusto. La agraviada con el dinero de la reparación civil podrá pagarse las cirugías plásticas, pues aún tiene la nariz rota y extensas cicatrices en la frente, las que cubre con varias capas de maquillaje, pero quien sabe cuántos años más tendrán que pasar, para que las cicatrices que tiene en el alma, indelebles hasta cierto punto,  puedan por fin curarse.

Ella ha declarado que apelará este fallo, pues no es posible que en este país, a un deplorable sujeto que casi la mata, sólo se le haya castigado con 4 años de prisión suspendida. “Estoy decepcionada, pero no me van a amilanar los procedimientos corruptos y seguiré luchando. El fallo que han emitido dice a las mujeres que se dejen golpear porque no hay justicia. Es indignante que la ley se ponga del lado de un asesino en potencia, de un hombre que casi hace desaparecer a una mujer en este país”.

En julio del año pasado las imágenes de las cámaras de seguridad de un hotel de Ayacucho, mostraban a un sujeto desnudo, arrastrando de los cabellos  a una joven tirada en el suelo, la cual a gritos clamaba ayuda. El video indignó a miles de internautas  y se viralizó rápidamente en las redes sociales.

Arlette Contreras, la joven víctima de este brutal ataque denunció que su ex pareja Adriano Pozo, en la habitación del hotel donde se habían  citado esa noche, y al confesarle al agresor sus deseos de terminar la relación; la golpeó y después la ahorcó hasta dejarla inconsciente y luego que despertó, intentó violarla. “Quiso acabar con mi vida cuando yo terminé con él. Me empuja, caigo y me ataca. Me quiere ahorcar. Yo tengo los ojos rojos por la presión que él ejerce en mi cuello. Yo pierdo la consciencia y él cree que yo estoy muerta. Dejé de moverme, cerré los ojos, me quedé sin oxígeno. Yo también pensé que estaba muerta”.

Pese a las pruebas contundes y a los exámenes del médico legista, los cuales determinaban la existencia de la agresión, la Corte Superior de Justicia de Ayacucho dictaminó que “las lesiones sufridas por la agraviada no pusieron en riesgo su vida (…)”,   sentenciando a Adriano Pozo a un año de prisión suspendida y al pago de una reparacióncivil. Para no creer. Es decir, en otras palabras, Arlette Contreras tendría que haber muerto para que exista un castigo real para su atacante.

La víctima ha viajado hasta Lima para exigir justicia en las instancias superiores del Poder Judicial, evidenciando en sus declaraciones a los medios, el malestar y sobre todo la indignación tras esta benévola sentencia a su agresor. Además al igual que decenas de mujeres que han sufrido estos cobardes ataques por indeseables sujetos, teme que Pozo, quien es hijo de un regidor de Ayacucho, atente nuevamente contra su vida. “Esta persona me ha querido matar y violar. Me da mucha cólera, me llena de impotencia el hecho que los jueces hayan creído más en la versión de esta persona que en la mía”. .

La cruda realidad es que pese a que el Estado ha implementado leyes para supuestamente proteger a las mujeres víctimas de abusos, las sanciones son poco drásticas para quienes cometen estos delitos

Un asesino en potencia

Dicen que es mejor prevenir que lamentar. Pero en nuestro país la Justicia está llena de lamentaciones. Perú es el segundo país de Latinoamérica en el que se cometen más feminicidios. Hace pocos días María Chumbimune, pasó a ser parte de estas tristes cifras.

A Erick Espinal Hernández, en febrero del año pasado una compañera de trabajo lo denunció por intento de violación en la Comisaría de San Borja, en Lima, sin embargo como les ocurre a la mayoría de mujeres que vienen a denunciar esta clase de agravios, “no pasó nada” y el caso fue archivado, dejando que un asesino en potencia camine con total libertad por las calles.

En julio de este año este mismo sujeto enfermo (la salud mental es otro de los problemas más graves de nuestro país), de 20 años de edad, asesinó y arrojó el cadáver de María Chumbimune del auto que conducía, truncándole la existencia a esta joven de 20 años y dejando a toda una familia sumida en la más profunda de las tristezas.

El propio asesino confesó que asesinó a su amiga María, porque tras citarla en su casa, la joven se negó a  tener relaciones sexuales. Fue en ese momento que la víctima trató de huir del lugar, sin embargo su verdugo con engaños la subió en sus auto con la promesa de llevarla sana y salva a su casa. Minutos después Espinal Hernández intentó violarla. La estudiante se defendió del ataque con arañazos y golpes en la cara del desquiciado sujeto,   despertando la ira de Espinal quien terminó asesinándola a cuchilladas.“A Marielena la recogí de su casa y en mi auto nos fuimos a mi casa en San Isidro. Pedimos pizza y le dije para tener relaciones sexuales y ella se negó. Insistí y salió corriendo, pero luego la tranquilicé e hice que suba al carro para irnos. Le tiré varios puñetazos en la cara y ella me arañó el rostro y cuello. Luego la ataqué con un cuchillo”.

 Consciente de su crimen arrojó el cadáver en una calle oscura de Surquillo, cadáver que en esa misma noche fue hallado por un vecino de la zona al notar la abundante sangre que había en el piso, cuando intentó estacionar su auto en esa misma calle.

Nos preguntamos: ¿qué hubiese pasado  si este sujeto hubiese sido encarcelado antes por la denuncia de intento de violación en su contra?   Tal vez María Chumbimune aún seguiría con vida y ¿habrá una pena justa para este asesino? Guiados por los dos casos anteriores existe una gran probabilidad de que nuestro Poder Judicial, también sea benévolo en la pena para este abominable sujeto.

La otra cara de la moneda: Mishui Chávez

En el Perú según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) se registran al año un promedio de 80 mil casos de violencia familiar de los cuales el 85% son contra mujeres. La violencia doméstica es un grave problema que parece no tener solución.

La región de Piura  no es ajena a esta penosa realidad. Según María Semino Sayán, especialista del Centro de Emergencia Mujer (CEM) en nuestra región se registran al año un promedio de 2 mil 500 casos de violencia contra la mujer, cifra alarmante que año tras año aumenta.” El machismo hace que los varones actúen como si las mujeres, esposas e hijas sean de su propiedad y quieran decidir por ellas o hacer lo que ellos quieren, y cuando no hacen lo que ellas quieren las golpean”. Semino afirma que estas cifras no reflejan objetivamente la realidad pues en la sierra piurana la mayoría de mujeres no denuncian la violencia por parte de sus esposos y lo que es peor la ven como algo normal.

Un caso emblemático es el de Mishui Chávez. Las cámaras de un hotel del A.H Consuelo de Velasco en Piura, registraron la brutal agresión cometida por Luis Ángel Piscoya a su conviviente Mitshui Chávez, pero contrario a lo que se pensaba la insana mujer retiró la denuncia contra su agresor y encima exigió a las autoridades que lo dejen en libertad.

 Semino precisó la relación de dependencia entre el agresor y la víctima. “Es una persona enferma que necesita apoyo y tratamiento. A veces sin conocer mucho cuestionamos, decimos cómo es posible que lo permita, que ella no lo denuncie. Su adicción es parte de todo el proceso que quizá ella ha vivido a lo largo de toda su vida, y la gran dependencia emocional que ella tiene de él”.

Está claro que darle derecho a un hombre para que te golpee con total libertad, por el simple hecho de que el agresor sea tu pareja, definidamente denota falta de cordura y sobre todo deja entrever el clima traumático en que Mitshui Chávez fue criada.

MARCHAS NACIONALES EN VANO

Está claro que no solo Perú es un país en donde la violencia de género es pan de cada día sino que el problema se mantiene a nivel de Latinoamérica. Por ello pese a las diversas marchas organizadas para promover el respeto y la no violencia contra el sexo femenino, los índices de maltrato no han disminuido, es más siguen cada vez en aumento.

 


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Aldolam (2 noticias)
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Reportaje
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