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Los desafíos de hoy van más allá de Keynes

23/12/2012 05:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Autor: Jeffrey Sachs Traducción: Adrián Ravier Fuente: Punto de Vista Economico

Se requieren otros caminos hacia el crecimiento, dijo Jeffrey Sachs image Jhon Maynard Keynes

Imagen: biografiasyvidas

Desde hace más de 30 años, a partir de mediados de los años 1970 y hasta 2008, la gestión de la demanda keynesiana estuvo en eclipse intelectual. Sin embargo, volvió con la crisis financiera a dominar el pensamiento de la administración de Obama y gran parte del partido laborista del Reino Unido. Ha llegado el momento de reconsiderar este resurgimiento.

La Lista A proporciona un comentario oportuno, perspicaz sobre los temas que importan, de los líderes de renombre mundial, los responsables políticos y comentaristas.

El repunte del keynesianismo, dirigido en los EE.UU. por Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro, Paul Krugman, el columnista económico-, y Ben Barnanke, el Presidente de la Reserva Federal, vino con la creencia de que a corto plazo la expansión fiscal y monetaria era necesaria para compensar el colapso del mercado de la vivienda.

La elección de la política de EE.UU. ha consistido en cuatro años de déficit presupuestario estructural (ajustado cíclicamente) de las administraciones públicas en torno al 7 por ciento del producto interno bruto o más, tasas de interés cercanas a cero, otra llamada de la Casa Blanca para el estímulo en 2013, y la nueva política de la Fed de mantener las tasas cercanas a cero hasta que se recupere el desempleo a 6, 5 por ciento. Desde 2010, ningún país europeo ha seguido el ejemplo fiscal de Estados Unidos. Sin embargo, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra no están muy lejos de la Fed en el frente monetario.

No podemos saber qué tan exitoso (o no) estas políticas han sido a causa de la falta de contrafácticos convincentes. Pero debemos tener serias dudas. La recuperación del empleo prometida no ha llegado. El crecimiento ha permanecido inactivo. El ratio deuda pública-PIB de los EE.UU. casi se ha duplicado, pasando de alrededor del 36 por ciento en 2007 al 72 por ciento este año.

La crisis en el sur de Europa a menudo es identificada por los keynesianos como la consecuencia de la austeridad fiscal, sin embargo, su principal causa es que las crisis bancarias de los países y de la zona euro no fueron resueltas. Y la desaceleración del Reino Unido tiene más que ver con la crisis de la eurozona, la disminución de petróleo del Mar del Norte y la inevitable contracción del sector bancario, que por los ajustes multi-anuales hacia el equilibrio presupuestario.

Hay tres razones más para dudar de la visión keynesiana. En primer lugar, la expansión fiscal ha sido en su mayoría en forma de recortes temporales de impuestos y transferencias. Gran parte de éstos fueron probablemente ahorrados, no gastados.

En segundo lugar, la política de tasa de interés cero tiene un riesgo no reconocido por la Fed: la creación de una nueva burbuja. La Fed ha fallado en apreciar que la burbuja de 2008 fue causada en parte por sus propias políticas de fácil liquidez en los últimos seis años. Friedrich Hayek fue profético: un aumento de la liquidez excesiva puede desviar las inversiones hacia un auge que luego se convierte en depresión.

En tercer lugar, nuestro verdadero desafío no era una gran depresión, como los keynesianos argumentaron, sino un cambio estructural profundo. Los keynesianos persuadieron a Washington que se trataba de estímulo o depresión. Esto era cuestionable. Hubo efectivamente un riesgo de depresión breve a finales de 2008 y principios de 2009, pero era el resultado del pánico tras el cierre brusco y torpe de Lehman Brothers.

No hay marcha atrás a la economía antes de la crisis, con o sin estímulo. A diferencia del modelo keynesiano que asume una senda de crecimiento estable golpeada por crisis temporales, nuestro desafío es que la senda de crecimiento en sí tiene que ser muy diferente incluso del pasado reciente.

El mercado laboral estadounidense no se está recuperando como los keynesianos esperaban. De hecho, la mayoría de las economías de altos ingresos continúan eliminando empleos poco cualificados, ya sea para la automatización o la deslocalización. Y mientras que el empleo EE.UU. está aumentando para las personas con títulos universitarios, está cayendo para aquellos que no tienen más que una educación secundaria.

El sector de infraestructura es un segundo caso en punto. Aparte de un auge muy publicitado en gas fraccionado, las inversiones en infraestructura son en su mayoría paralizadas. Cada país tiene que pasar a un sistema energético bajo en carbono. ¿Cuál es el plan de EE.UU.? No hay uno solo. ¿Cuál es el plan para modernizar el transporte? No hay una solo. ¿Cuál es el plan para la protección de la costa por las inundaciones más frecuentes y costosas? No hay una solo.

Billones de dólares de inversiones públicas y privadas se llevan adelante sin estrategia. El enfoque keynesiano es mal adaptado a esta clase de gestión de sostenimiento económico, el cual necesita para estar en una escala de tiempo de 10-20 años, involucrando la cooperación entre las inversiones públicas y privadas, y los gobiernos nacionales y locales.

Nuestro mundo no es susceptible de reglas mecánicas, ya sean multiplicadores keynesianos, o proporcionales recortes presupuestarios a los aumentos de impuestos. El Reino Unido, por ejemplo, necesita infraestructura creciente y las inversiones en educación, respaldo a través de impuestos y tarifas públicas. Por lo tanto, los recortes de gastos no deberían constituir la mayor parte de la reducción del déficit como George Osborne, el canciller del Reino Unido, desea. La economía tiene que centrarse en el papel del gobierno, no en la coyuntura de un ciclo económico, sino en un "ciclo de inversión".

Cuando el mundo está cambiando rápidamente y consecuentemente, como lo es hoy, es un error esperar una "teoría general". Como Hayek recomendó alguna vez a Keynes, necesitamos en su lugar un acuerdo para nuestro tiempo, uno que responda a los nuevos retos que plantea la globalización, el cambio climático y la tecnología de la información.

El autor es Director del Earth Institute en Columbia University.

Esta nota fue publicada recientemente, el 17 de diciembre de 2012 en el Financial Times.


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Fuente:
catarsisyharakiri.blogspot.com
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