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Autor: Eugenio D´Medina Lora Fuente: Correo
Respecto del indulto a Fujimori, el Presidente debe preguntarse pragmáticamente qué va a pasar en el 2013 cuando este hombre siga preso o haya muerto y los más peligrosos terroristas que atrapó su gobierno empiecen a salir. ¿Cómo va a explicar a nuestros hijos, a nuestros jóvenes y niños, que los que señalamos como asesinos, están en la calle, mientras que quien los derrotó y los sacó de nuestras vidas, se muere en una prisión?
Alberto Fujimori visto como el símbolo de los cambios estructurales de la década de los 90´s
Fujimori, sin proponérselo, terminó siendo uno de los pilares de la revolución liberal que venció al terrorismo, derrotó a la hiperinflación y encauzó al país hacia el desarrollo con un modelo acertado, todo ello enmarcado en la Constitución de 1993. Su apresamiento conlleva la simbología política de renegar de todo lo actuado. Por eso desde la izquierda proviene la mayor resistencia.
Por eso quienes piden la libertad de Fujimori, no lo hacen necesariamente por el "Fujimori persona". Lo hacen por lo que simboliza Fujimori. Mantenerlo en la cárcel es como reconocer oficialmente que lo que se actuó en su gobierno, tuvo vicios de origen y, por tanto, los cambios estructurales adquieren la categoría de "cuestionables" o "deleznables". Esta es la estrategia de la izquierda y lo ha sido desde que impulsó los tres ejes de su estrategia política para revivir de las cenizas en las que lo había sumado el fujimorato: la influencia sobre el juicio político a Fujimori, el control de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y la consolidación de su presencia en el sector Educación, tanto básica como universitaria.
Si indultan a Fujimori, no habrá sido por la mano de una izquierda magnánima. Ni por las masas fujimoristas ni por sus líderes, que no tomaron las calles con verdadera masividad para hacer sentir su voz ni demostraron particulares aciertos estratégicos para conducir el pedido. Ni por la benignidad del APRA, que tuvo cinco años para concederlo de la mano de Alan. Si Fujimori sale de la cárcel, será por el impulso intenso y persistente de los millones de ciudadanos independientes que simplemente ven en él a la encarnación de los cambios de los 90, que, sencillamente, revolucionaron el país para bien.
Si Fujimori terminó siendo la figura de los cambios estructurales, Humala puede ser, por razones del destino, la figura que ponga fin a este confabulado esfuerzo por desprestigiar dichos cambios, que su gobierno hoy abraza y que ha hecho suyos.