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Suele ocurrir: vas caminando por la calle y te cruzas con el señor que vende donas en una carretilla (al menos en Chacao aun se ve) te preguntas en qué condiciones pudieron haber sido hechas... Bueh la verdad no me importa tanto, el calor lo mata todo piensas mientras te acuerdas que desayunaste pastelito frito o par de empanadas y ahora estás a punto de cerrar la tarde con más fritanga. Es que huelen taan rico, son tan suaves y esponjositas... Y de pronto te acuerdas que la quincena no alcanza para este tipo de "lujos". Apuras el paso y te alejas dejando a aquella dona triste que se despide de ti con la mano mientras suplica: llévame contigo por favor por favorciitooo.
Una vez en casa te propones matar el antojo: para eso me compré este molde de horno para donas, para preparar mis donas y comérmelas sin remordimiento, porque a mi lo que me remuerde es el aceitero no los carbohidratos ni el azúcar que llevan, eso no me mortifica.
Buscas la mejor receta de donas horneadas que puedas conseguir en la web y una hora después estás sacando del horno aquellos aros perfectos, esponjosos y que lucen como la mejor dona del mundo. Casi no puedes esperar a que se enfríen para probarlas. Pero en cuanto das el primer mordisco ¡zas! entiendes que tu mundo se ha derrumbado:
Esta vaina no es una dona ¡¡esto es un ponquesito!!
Lo sé mi querido amig@ amante de las donas y es que una cosa no tiene nada que ver con la otra, son masas y preparaciones distintas, una se amasa la otra es batida, una lleva levadura, la otra polvo de hornear ¿de donde sacas que vas a obtener donas de una masa de ponqué?. Yo guardé mi molde para donas horneadas por más de tres años esperando a ver si se me pasaba la decepción hasta que encontré esta receta en el blog de Hilmar Mis recetas favoritas.
En cuanto vi la textura de la masa supe que tenía que intentarlo ¡ohh si hay esperanza para los que se asustan con solo ver una botella de aceite!.
Se trata de una masa levada y rica en huevo que dejé en la nevera toda la noche (Hilmar dice que con 20 minutos basta). El frío ayuda a relajar el gluten haciendo más fácil de manipular la masa.
Corté los círculos con una lata de mantequilla vacía (hey! no consumo casi frituras así que merezco una buena lata de mantequilla de vez en cuando) y los centros con la tapa de una botella de agua. Las dejé levar por 30 minutos en la bandeja para donas horneadas y vean que cosa más linda ha salido:
Una vez fuera del horno se pintan con mantequilla fundida y se pasan por azúcar con canela. Son D I V I N A S.
Pero tambien quise experimentar con otras cosas de mi despensa. Conseguí un frasco con café instantáneo (de la época en que no costaban un salario mínimo) y un poco de azúcar glass. Para el glaseado rosa se me ocurrió usar gelatina de frambuesa en vez de colorante, debo decir que el sabor intenso de la gelatina es perfecto para acompañar estas delicias.
Ya lo verás, una vez que pruebes esta receta, no querrás hacer una dona horneada (de ponquesito) mas nunca.
Donas horneadas [Imprimir]
Ingredientes:
Instrucciones:
Para el glaseado de café:
Para el glaseado de frambuesa:
Da para 20 a 24 donas pequeñas
¡Feliz fin de semana!
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