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El Estado de Florida ejecutó el miércoles a un condenado a muerte, en la tercera aplicación de la pena capital en 24 horas en Estados Unidos semanas después del polémico fallecimiento de un prisionero por inyección letal.
Tras haber recibido luz verde del Tribunal Supremo, las autoridades penitenciarias de Florida procedieron a inyectar un cóctel intravenoso a John Henry, de 63 años y asesino de su esposa y su hijo de cinco años.
El vigésimo tercer ejecutado este año en el país fue declarado muerto a las 19H43 locales (00H43 GMT del jueves), informó una portavoz de las autoridades penitenciarias.
La noche del martes y la madrugada del miércoles dos condenados en Georgia (sureste) y Misuri (centro) recibieron la inyección letal, en las primeras ejecuciones desde la de Clayton Lockett, que murió tras una larga agonía el 29 de abril en Oklahoma (centro-sur). Desde entonces, cinco ejecuciones previstas habían sido suspendidas.
Lockett murió 43 minutos después de la inyección de un nuevo cóctel letal, frente a los diez minutos que dura habitualmente el proceso. La autopsia reveló que el personal responsable de la ejecución no había conseguido poner la intravenosa y después de varios intentos fallidos, había perforado la vena femoral.