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El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha ejecutado en un mes en las zonas bajo su control en Siria a cerca de 100 personas, de los cuales un tercio eran civiles, informó el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Según la ONG, entre el 29 de julio y el 29 de agosto, el EI ejecutó por diversos "crímenes" a 91 personas, entre ellos 32 civiles.
El balance incluye igualmente a miembros del propio grupo extremista, a combatientes rebeldes y a miembros de las fuerzas del presidente Bashar Al Asad, indicó el OSDH, que dispone de una amplia red de informadores en Siria.
La brujería, la homosexualidad y la colaboración con la coalición antiyihadista dirigida por Estados Unidos figuran entre los "crímenes" susceptibles de ser castigados con la pena de muerte en las zonas controladas por el EI.
El grupo extremista sunita, que proclamó un "califato" en junio de 2014 a caballo entre Siria e Irak, conquistó en Siria zonas en las provincias de Homs y Hama (centro), Deir Ezor et Hasaké (noreste), así como Raqa y Alepo (norte).
Según el OSDH, basado en Gran Bretaña, este nuevo balance eleva a 3.156 el total de personas ejecutadas en Siria por el grupo extremista desde junio de 2014. Entre ellas figuran 1.841 civiles.
Acusado de crímenes contra la humanidad por la ONU, el EI ha perpetrado en las regiones de Siria e Irak bajo su control secuestros, violaciones, decapitaciones y lapidaciones.
En Siria, el grupo ultrarradical se ha visto golpeado desde septiembre de 2014 por los bombardeos aéreos de una coalición internacional liderada por Estados Unidos, que ha permitido a las fuerzas kurdas expulsar a los yihadistas de ciertas regiones sin llegar a neutralizarlos.
El sábado, ocho combatientes del EI murieron en un nuevo bombardeo de la coalición sobre la ciudad de Raqa (norte), considerada el bastión del grupo en Siria.
También en el norte del país, donde el EI combate a sus rivales yihadistas del Frente Al Nusra (rama de Al Qaeda en Siria) y a los grupos rebeldes, 11 insurgentes y ocho civiles perdieron la vida el sábado por la noche en un atentado con coche bomba a la entrada de Tall Rifaat, en la provincia de Alepo, situada en una importante ruta que conduce a la frontera turca.
