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"La primera vez es tu culpa, la segunda es culpa mía" Proverbio Árabe "La tercera vez es derecho adquirido" Amir Globus
Hace algún tiempo en un intercambio virtual con el ahora director de un conocido diario de circulación nacional, este me aseguraba a tenor de una inquietud mía y hasta con firma de por medio (si es que yo lo solicitaba) que Ollanta Humala no tenia oportunidad alguna en el proceso electoral de 2011. No puedo decir que su afirmación logro tranquilizarme en algo, siendo como soy un seguidor empedernido de la " Ley de Murphy" que en nuestro país es la única ley que parece tener alguna credibilidad. Por aquel entonces entre 2009 y casi hasta enero de 2011 éramos solo unos pocos paranoides los que asegurábamos que el todavía radicaloide Humala y su horda estaban a las puertas de palacio. Los demás confiaban en la capacidad estratégica del presidente García, la astucia del cholo de Cabana, el milagro de la expansión crediticia y hasta en el oráculo Cotler que en plena faena electoral apostaba sin inmutarse a una segunda vuelta entre PPK y Alejandro Toledo en una elección casi del primer mundo.
Imagen: Intereconomia
Entre 2009 y hasta enero de 2011 es muy cierto que en medio del optimismo generalizado había que ser adivino o un paranoico de primera línea para creer que Ollanta Humala tendría siquiera una oportunidad en una elección que parecía ganada de antemano por Alejandro Toledo y toda la maquinaria mediática empeñada para su victoria. Había razones para creer y muchos lo hicieron que nuestro electorado entraría en una nueva etapa de madurez y reflexión que se expresaría en las urnas.
Craso error desde luego, el país seguía y sigue todavía reclamando muchas cosas. Aunque muchos instalados en sus cómodas burbujas, parezcan no creerlo, no estamos todavía en el primer mundo y nuestros problemas de toda la vida, todavía siguen ahí bien presentes.
Habiendo ya un precedente tan claro de lo que podemos esperar del electorado peruano y su racionalidad (aunque les pese a los señores de la burbuja), me parece torpe el triunfalismo en el que caen ciertos analistas que insisten en que en el 2016 la izquierda radical no tiene posibilidades de hacerse con la victoria y ya ni se acuerdan de donde saco Ollanta Humala los votos del 2006 y la primera vuelta del 2011. La izquierda radical es ducha en captar el descontento y recursos para sus intentonas es algo que no les falta.
Estamos viendo como la sombra del populismo hoy en día se extiende sobre Chile con una Bachelet que se radicaliza en su afán de volver al poder y hay quien se olvida que Humala en 2006 y 2011 saco los votos de la primera vuelta del espectro más radical de nuestro electorado. Si leen las encuestas, se darán cuenta que ese radicalismo sigue ahí bien parado esperando un candidato que lo represente y con una gran masa de ovejas dispuestas a dejarse manipular por cualquiera con el suficiente desparpajo para vender gato por liebre.
Más allá del autoengaño una práctica en la que nuestra derecha tradicional es ducha, existen pocos motivos para creer que el radicalismo no volverá con fuerza en 2016. Acaso le falte un rostro, pero hay varios aspirantes y los candidatos pueden fabricarse a la medida. No hay que dormirse, el abismo todavía sigue ahí.
Iván Budinich Castro ivanbudinich@yahoo.com @ibucas