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El arrepentimiento

15/03/2010 16:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor

EL ARREPENTIMIENTO.

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor. Hechos 3: 19.

Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2: 38.

Los primeros pasos del hombre a la fe.

Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo: y os tomaré uno de una ciudad, y dos de una familia, y os introduciré en Sión. Jeremías 3: 14.

Dios no quiere la muerte del impío.

El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. 1ra Timoteo 2: 4.

Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todas mis ordenanzas, e hiciere juicio y justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas sus rebeliones que cometió, no le serán recordadas: en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice el Señor Jehová. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Ezequiel 18: 21, 22, 23.

Y diciendo yo al impío: De cierto morirás; si él se volviere de su pecado, e hiciere juicio y justicia, Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, caminare en las ordenanzas de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: hizo juicio y justicia; vivirá ciertamente. Ezequiel 33: 14, 15, 16.

La promesa de Dios no solamente es para nosotros, sino también para los que están lejos.

Hechos 2: 39, 40. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de ésta perversa generación.

Y si buscamos a Dios de corazón, ciertamente lo hallaremos.

Proverbios 8: 17, 35. Yo amo á los que me aman; Y me hallan los que madrugando me buscan. Porque el que me hallare, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová.

Proverbios 8: 32, 34. Ahora pues, hijos, oídme: Y bienaventurados los que guardaren mis caminos. Bienaventurado el hombre que me oye, Velando á mis puertas cada día, Guardando los umbrales de mis entradas.

Proverbios 7: 1, 2. Hijo mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.

Proverbios 10: 17. Camino á la vida es guardar la corrección: Más el que deja la reprensión, yerra.

Proverbios 12: 1. El que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.

Proverbios 15: 10, 24. La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá. El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del infierno abajo.

Proverbios 15: 31, 32. La oreja que escucha la corrección de vida, Entre los sabios morará. El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: Más el que escucha la corrección, tiene entendimiento.

Proverbios 16: 20, 22. El entendido en la palabra, hallará el bien: Y el que confía en Jehová, él es bienaventurado. Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee: Mas la erudición de los necios es necedad.

Proverbios 13: 13. El que menosprecia la palabra, perecerá por ello: Mas el que teme el mandamiento, será recompensado.

Proverbios 19: 16. El que guarda el mandamiento, guarda su alma: Mas el que menospreciare sus caminos, morirá.

Proverbios 8: 33. Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis.

Proverbios 19: 20. Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.

San Mateo 7: 24, 25. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña; Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña.

Proverbios 28: 7. El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.

San Mateo 19. 17. Y Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es á saber, Dios: y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

San Juan 15: 10. Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor.

San Juan 14: 15, 23. Si me amáis, guardad mis mandamientos; Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos á Él, y haremos con Él morada.

Proverbios 19: 23. El temor de Jehová es para vida; Y con él vivirá el hombre, lleno de reposo; No será visitado de mal.

Proverbios 2: 5. Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.

Jeremías 6: 16. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos

San Lucas 6: 46. ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?

San Mateo 7: 21. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Romanos 2: 13. Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados.

Gálatas 3: 24. De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.

Santiago 1: 21, 23, 25. Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas. Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.

Apocalipsis 1: 3. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca.

Apocalipsis 22: 7, 14. Y he aquí, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros, Amén.

Estudio recopilado del Maestro EZEQUIEL ATAUCUSI GAMONAL.


Sobre esta noticia

Autor:
Javiernoriegafebres (63 noticias)
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Tipo:
Nota de prensa
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