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E Xiste una creencia errónea respecto al buen uso de la lengua en los medios sociales, sobre todo en las redes más populares, tales como Facebook, Twitter, Tuenti, etc. Aquellos que creen que se expresan correctamente no asumen que el lenguaje es un órgano vivo, que evoluciona y se enriquece de los usos de los hablantes (‘la productividad’, propiedad del lenguaje humano nos hace capaces de crear estructuras lingüísticas infinitas). Por ello, es inevitable que un medio como la Red esté modificando sustancialmente las reglas del juego.
El diálogo en los medios sociales propicia que los textos posean una vida más larga, ya que han dejado de ser discursos unilaterales, ahora la escritura es pública; no como en siglos anteriores que se reservaba a ciertos grupos sociales formados por periodistas, escritores, profesores, traductores, por citar a unos pocos.
Pero ¿por qué cambia el lenguaje? La influencia de los grupos sociales (ahora con mayor proyección en estos medios), la evolución de la realidad social, intelectual e histórica producen una serie de cambios que se reflejan en la escritura, adaptándose a nuestras necesidades (la Red ha favorecido que estos se produzcan en intervalos de tiempo más cortos). Es en este punto donde varias personas me han comentado que la nueva ‘Ortografía’ de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), por ejemplo, beneficia a los que escriben mal. Es cierto que la escritura siempre ha gozado de prestigio, y que tanto a escritores profesionales como aficionados se les exige rigor ortográfico; mas todas estas creencias caen en el saco roto de la generalización.
Hoy en día, cualquiera puede escribir para ser leído en Internet, lo haga bien o mal. La comunicación es instantánea, aspecto positivo en la evolución de una lengua. Además, hay una tendencia positiva hacia su buen uso y ejemplo de ello es Twitter. ¿Recordáis cuando os llevabais las manos a la cabeza por el indescifrable, para algunos, lenguaje de los SMS? (Hasta investigaciones y libros se han publicado sobre este tema). Con la red microblogging no sucede esto, sino todo lo contrario: los tuiteros elaboran mensajes de 140 caracteres de la forma más correcta posible, ya que, curiosamente, se censura en este medio la mala ortografía —si los usuarios de Tuenti, red social española ‘poblada’ por jóvenes entre los 14 y ventipocos años, se pasan a Twitter ¿no será beneficioso para ellos que los tuiteros veteranos se esfuercen en escribir medianamente bien? Pregunto.
Era inevitable que la RAE introdujera ciertos cambios en su última edición de ‘Ortografía de la lengua española (2010)‘ que, lo creáis o no, ya habían sido establecidos en ediciones anteriores, pero que no eran de obligado cumplimiento sino recomendaciones. Sin embargo, ahora significa incurrir en faltas ortográficas si no se respetan:
Estas, entre otras reglas, normas, recomendaciones, etc., están más que nunca a nuestro alcance. El acceso instantáneo a la información ha perdido valor porque parece que siempre ha estado ahí, cuando todos sabemos que no es cierto. Que generaciones anteriores acudían a la enciclopedia que sus padres habían adquirido con esfuerzo y posteriormente a Microsoft Encarta, la enciclopedia virtual que tanta fascinación causó a muchos. Quizá estoy divagando en exceso, pero aún me sorprende todo lo que se ha conseguido en tan corto espacio de tiempo. De un siglo para otro, la humanidad ha dado un salto tecnológico asombroso. Pero este tema merece una entrada aparte.
Por último, los que poco a poco se han ido incursionando en el entorno digital también deben aceptar que las convenciones del papel no son válidas en la Red. Estilo y tipografía apenas guardan relación con la letra impresa, sobre todo para la nueva generación de lectores, cuyo tiempo es demasiado valioso en unas autopistas sobrecargadas de información, cuyo filtrado continúa siendo, en mi humilde opinión, labor de los profesionales de la información.
Referencias:
El español en las redes sociales (I). ¹’El lenguaje humano’, Madrid, UNED/Editorial Universitaria Ramón Areces, septiembre de 2009. Fundéu BBVA . Fundación del español urgente.