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Escribe Dante Bobadilla Ramírez Fuente: Voz Liberal del Perú
La diferencia entre Víctor Andrés García Belaúnde y su legendario tío Fernando Belaunde, es que mientras este propugnaba "El Perú como doctrina" como lema para enfrentarse a los dogmatismos del APRA y de las izquierdas marxistas de todo pelaje, Vitocho y la banda del Congreso han patentado la consigna "El Perú como botín". Esto es lo que deja en claro el audio difundido ayer, y que solo confirma lo que ya se sabe: el Perú está en manos de una banda que podríamos llamar "Los malditos de la Plaza Bolívar" y que están arranchándose las más importantes instituciones del país a mordiscones, cual hienas hambrientas.
Lejos de buscar personajes independientes y probos para que se hagan cargo de nuestras instituciones, lo que esta banda de maleantes politizados trata de hacer es coparlas, infectar nuestras instituciones con sus secuaces de partido. Nada les importa el país. Absolutamente nada. Tampoco les importa su prestigio como políticos y congresistas, pues ya están muy venidos a menos hace tiempo. Lo que hoy muestran al país estos miserables es que no solo son unos caraduras sino que le tienen un desprecio total a la opinión pública.
Lo que ocurre en estos días es una lamentable consecuencia de la degradación paulatina de nuestra política a causa de los supuestos grandes "logros sociales" que se impusieron desde la Constitución fallida de 1978, como el voto universal y obligatorio, incluyendo el voto de los analfabetos y el de los jóvenes. Una buena base social dominada por la ignorancia y obligada a elegir a candidatos a quienes tampoco se les exige ninguna calificación, excepto ser peruanos de nacimiento, como si eso sirviera para algo, es la que nos da como resultado la miasma que hoy tenemos en el Congreso Peruano y en Palacio de Gobierno. Con el delirio de supuestos "grandes logros sociales" lo que hemos hecho es colocar las bases del cadalso en donde se decapitará el futuro del Perú.
La gran pregunta ahora es ¿quién será capaz de cambiar esta situación? Evidentemente la escoria política que hoy tenemos será incapaz de hacerlo, como lo han venido demostrando en los últimos años. Mientras tanto en Chile, con un sistema electoral mucho más inteligente, el presidente Piñera acaba de enviar al Congreso una gran reforma electoral para mejorar aun más la clase política. Acá parece que nadie será capaz de ponerle el cascabel al otorongo.