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Rocío Flores parece otra desde que se la vio por primera vez en el plató de GH VIP 7 defendiendo a su padre, y se podría decir que tanto por fuera como por dentro. Tras salir de Supervivientes 2020 con 15 kilos menos, la hija de Antonio David Flores ha cambiado su dieta, su rutina de ejercicio y se ha mantenido en forma, además de que su actitud con la prensa y su presencia en los medios ahora es distinta a como era antes.
También Se ha sometido a algunos retoques estéticos en la nariz, los labios, las cejas e incluso los pómulos y, aunque sigue siendo la misma, tiene algo diferente. Pero ahora se ha apuntado también a hacerse nuevos tatuajes, y lo ha hecho tras acompañar a su novio al tatuador.
Parece que ella también se animó a someterse a la aguja de tinta, pero con un buen motivo: tener siempre presente a sus abuelos. "Sí, he pecado", se rio ella en sus redes sociales.
Después, mostró los dos tatuajes que se ha hecho en las muñecas y que homenajean a Rocío Jurado y Pedro Carrasco, los padres de su madre, Rocío Carrasco, con la que lleva años sin hablarse. Aun así, está claro que si hay algo que les une, es su amor por ellos.
"Son las dos firmas de mis abuelos, originales, calcadas de su puño y letra", escribió Rocío Flores. En su mano derecha mostró que pone "Rocío Mohedano", la firma de la Jurado, junto a una rosa. Y, en la izquierda, "P. Carrasco" junto al "guante de boxeo con el que ganó el campeonato del mundo".
Estos dos tatuajes se unen al que se hizo en febrero en la cadera, que era la fecha de nacimiento de su otro abuelo, el padre de Antonio David: "Felicidades patriarca allí donde estés, nos haces mucha falta aquí abajo, pero nos dejaste muy buen legado".