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El pasado 29 de junio varios empleados del hospital en Houston; perdieron su empleo por negarse a la vacunación masiva
En marzo del 2020 sucedió algo a nivel mundial que nadie se imaginaba que estos sucesos iban a pasar. El año comenzó bien entre comillas ya que algunas personas, tal vez empezaron el año sin empleo, sin salud... pero el hecho es que, comenzamos el año, pudiendo realizar nuestras actividades diarias y cotidianas del día a día.Pero... en marzo del año 2020, todo cambió, nuestras vidas cambiaron en muchos aspectos. Una pandemia mundial llegó a la vida de cada uno de nosotros. Nadie podía salir de sus casas, los niños al igual que los profesores, se quedaron un año entero sin asistir a las clases presenciales a causa de la pandemia. Sólo los servicios esenciales tales como: sanitarios y policías seguían funcionando, las demás profesiones, tuvieron que seguir su actividad tal y como pudieron desde sus hogares y en línea.
Un año después, todavía hay países que siguen con la normativa de llevar la mascarilla en el exterior y en el interior mientras que, otros países, sólo es obligatorio el uso de la mascarilla en los lugares cerrados y/o publicos. Durante el proceso y mientras se fabricaban las vacunas el año pasado, todos se preguntaban si la vacuna iba a ser obligatoria o no, y en caso de negarte, ¿cuales serían las consecuencias? Era la pregunta que todos nos haciamos. Un año después, podemos observar mucha desigualdad, falta de empatía, prejuicios a aquellas personas que por sus experiencias personales validas, han decidido no vacunarse. Vemos mucha desigualdad ya que aquellos que se han sometido a la vacuna tendrán ingresos mensuales sin perder su puesto de trabajo mientras que, los que se niegan, pierden su trabajo, dinero e ingresos mensuales. ¿Es como meterte un negocio por la cara no? Es como si un vendedor te dice: o me compras mi producto o te amenazo. Es mi punto de vista y es mi manera de ver esta situación actual.
De todo esto podemos sacar cosas muy positivas. Muchos/as que hoy estamos en la calle somos los valientes, los que sacaremos los países adelante con nuestras ideas innovadoras. Muchos que hoy estamos fuera en la calle, a pesar de la situación difícil que nos está tocando vivir, hemos demostrado que no sólo se vive del dinero del gobierno sino que, también se puede vivir de todo aquello que podemos crear evidentemente, siempre con esfuerzo, fe, y perseverancia.
Enfermeras cambian de opinión por miedo a no generar ingresos mensuales
Todos hemos crecido en la escuela y se nos ha enseñado que el futuro, es estudiar para generar un curriculum y/o una hoja de vida, y trabajar en una misma empresa hasta jubilarte. A todos se nos ha enseñado, que tenemos que cuidar muy bien nuestros puestos de trabajo como si de un altar sagrado se tratara. Pero lo que nunca nos habían contado es que, detrás de todo esto hay un plan, un negocio montado, además de mucha corrupción. Algo que siempre nos hicieron creer es que, ese, es el futuro, el único y nada más.
Cuando vivimos una situación como la actual, nos entra el pánico ya que venimos con la idea arraigada que, sin ellos no somos nada. Que sin ellos, no habrán ingresos, que sin ellos, la vida se acaba, y es ahí, cuando muchas, en vez de tomar acción, vuelven a sus puestos de trabajo por no querer enfrentar la vida. Pero, cuando nos damos cuenta y abrimos los ojos, podemos ver y observar que fuera de nuestra zona de confort, hay muchas oportunidades que nos esperan. Nos damos cuenta que allí fuera, podemos crear impacto, aportar algo a la sociedad, y ser historia de nuestro sufrimiento actual.
Quiero animar a todas las personas que se han quedado sin empleo por negarse a la vacuna, que allí fuera hay muchas oportunidades y que nada es imposible si le ponemos empeño y sobretodo ganas.