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La doctora Ramani Durvasula no es solo una presencia habitual en la prensa y la televisión estadounidenses sino una psicóloga clínica especializada en terapia matrimonial y familiar y en transtornos de la sexualidad
La doctora Ramani Durvasula no es solo una presencia habitual en la prensa y la televisión estadounidenses sino una psicóloga clínica especializada en terapia matrimonial y familiar y en transtornos de la sexualidad. Además de sus contribuciones a programas que benefician a mujeres y niñas marginadas, en los últimos años ha empeñado sus energías en el estudio de los hábitos alimenticios en sociedades cada vez más sometidas al estrés. Eres lo que comes. Cambia tu actitud frente a la comida, cambia tu vida (que fue publicado en 2013 y aún no se traduce al español) es el libro que condensa esta última preocupación y dedica uno de sus capítulos a la relación entre la personalidad y el tipo de café de nuestra preferencia.
Durvasula estudió a mil consumidores y concluyó que, sin que debamos hablar de determinismo, es posible identificar ciertos rasgos generales de carácter entre quienes se inclinan por una determinada preparación de café. A continuación, una somera visita a sus sorprendentes afirmaciones.
Instantáneo. No es posible tomarse muy en serio a quienes gustan de este café, sinónimo de improvisación: son defensores del día a día y suelen tomarse la vida tan a la ligera que son incapaces de hacer planes.
Moka. Ya que rehúyen los sabores fuertes, tienen maneras dulces y suaves. Prefieren la conciliación a la confrontación.
Descafeinado con leche de soya. Su obsesión por la salud sugiere un temperamento perfeccionista, de esos que ponen el orden por encima de todas las cosas. Las reglas, proclaman, solo están hechas para ser cumplidas.
Con leche o cortado. No se dejan intimidar por los sinsabores y los reveses de la fortuna, aunque pueden llegar a ser descuidados y chocantes.
Con hielo. Habituados a las nuevas experiencias, ejercen una fuerte influencia sobre los demás. Son celosos guardianes de sus vínculos sociales.
Frapuccino. Como derrochan energía, no tienen más propósito que la conquista del amor.
Capuccino. Son tan desprendidos que no pocas veces se olvidan de sí mismos.
Expreso. Tan inteligentes y seguros de sí mismos que con frecuencia atraen las malas vibras ajenas.
Solo (la manera tradicional). En su apego a los cánones se revela su espíritu conservador. Eficientes y prácticos, desdeñan los cambios, por lo que suelen conformarse con lo que tienen.
Al menos, las conclusiones de la doctora Ramani Durvasula invitan al debate frente a una taza de buen café.
http://www.diasa.com.mx/la-gaceta-del-buen-caf-agosto-215.shtml