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Un gato hidratado es igual a un gato saludable
¿A quién no le ha pasado que su minino no determina casi su taza de agua pero tan pronto ve un grifo abierto acude de una vez para beber? Muchos dueños de felinos nos encontramos con una realidad de la que pocos conocemos su razón u origen: nuestro gato regularmente no toma casi agua por más que siempre tenga la disposición.
Así que si ese asunto te trajo por aquí, ¡no te preocupes que tu felino no es la excepción!
Pero entonces, ¿por qué los gatos no ingieren casi líquidos? La razón es porque se trata de una predisposición genética que heredaron de sus antepasados salvajes, los cuales provienen de tierras desérticas en donde el agua, evidentemente, es muy escasa.
De hecho, los felinos salvajes generalmente se hidratan es a través del consumo de sus presas ya que estas están compuestas con altos porcentajes de agua; lo que les permite aguantar sin tener que consumir líquidos directamente, algo sumamente beneficioso para su condición en contextos desérticos.
Es por eso que muchos gatos no cargan en sus genes el comportamiento innato de beber agua. Sin embargo, considerando que el agua representa entre el 60 y el 75% del peso corporal de un gato adulto, es importante contrarrestar su naturaleza para poder mantenerlo correctamente hidratado si en verdad nos interesa que esté bien de salud.
Estar bien hidratado evita enfermedades mortales
Como en todos los seres vivos, el agua es el nutriente más importante para el organismo de tu peludo en términos de supervivencia; porque, si bien pueden vivir al perder toda la grasa corporal y hasta más de la mitad de las proteínas, perder tan solo un 10% de agua podría significar la muerte. Y es que varios tejidos de su cuerpo están compuestos hasta en un 90% de agua, sin mencionar sus importantes funciones.
El agua, además de permitir el transporte de nutrientes y desechos por el organismo, ayuda a regular la temperatura ya que conduce, por el torrente sanguíneo, el calor de los órganos en funcionamiento hacia la superficie corporal, eliminándolo mediante la transpiración.
Por otro lado, es un componente indispensable para una digestión adecuada, puesto que es necesaria para el desdoblamiento de moléculas de gran tamaño en unas de tamaño menor que permitan ser mejor absorbidas; y tiene un papel fundamental a la hora de la eliminación de deshechos a través de la orina.
De allí que una ingesta de agua por debajo del promedio que requiere puede tener como consecuencia complicaciones de salud como la cristalización de la orina o problemas renales y agravar enfermedades ya existentes como el estreñimiento y las afecciones respiratorias. Lo que no es, por nada, poca cosa.
La cristalización de la orina, por ejemplo, puede desencadenar la formación de cálculos urinarios, una de las principales causas de la enfermedad del tracto urinario inferior de los felinos. Esta consiste en una acumulación de minerales en los conductos del tracto urinario que afectan la micción de la mascota. Es decir, por más que tu gato se esfuerce en orinar, dichos tapones dificultan casi del todo su expulsión.
Además de ser muy doloroso para tu minino, puede llegar a ser hasta mortal en el caso de los gatos machos ya que, por tener una uretra estrecha y larga, propician su obstrucción. Lo que, de no intervenirse a tiempo, le provoca un infarto al animal en menos de 48 horas debido a que sus riñones no podrán eliminar las toxinas de la sangre y mantener el equilibrio de los fluidos y electrolitos del cuerpo.
De igual forma, otro problema común por la cristalización es la cistitis idiopática felina, que se trata de la inflamación dolorosa de la vejiga que provocará también un mayor esfuerzo al orinar, que el gato sienta ganas de ir al arenero más de lo normal, dolor en la micción, nerviosismo o depresión.
Ahora, ¿cómo sé si mi gato está deshidratado?
Todos los días tu gato tendrá pérdidas de agua tanto en la orina como en las heces como un proceso natural en su cuerpo, siendo la primera la que corresponde con la mayor cantidad. En el aspecto fecal, es considerablemente inferior la cantidad de agua que se expulsa ya que los intestinos se encargan de absorberla en su mayoría y la retornan al organismo durante la digestión.
Sin embargo, cuando hay alteraciones en el tracto digestivo, como es el caso de los cuadros diarreicos o los vómitos, la eliminación de agua aumenta desproporcionalmente, provocando deshidratación y pérdida de electrolitos; una situación muy grave en los gatos cachorros ya que podría ser fatal para ellos, por lo que hay que reponer de forma urgente esa pérdida siempre bajo las indicaciones de un médico veterinario.
Otra vía por la que los gatos pierden agua de forma significante es a través del jadeo, una práctica que emplean sobre todo en climas muy calurosos ya que es la forma en cómo el organismo regula su temperatura. También, entre otras causas que fomentan la expulsión irregular de agua están las condiciones médicas como la diabetes o insuficiencia renal (porque provocan que el gato orine más seguido), golpes de calor, fiebre o pérdida de sangre.
Entonces, ya sabiendo en qué condiciones es más propenso a sufrir una deshidratación, lo siguiente es buscar signos físicos que nos orienten a saber si nuestro peludo no está lo suficientemente hidratado.
Algunas de las características propias de la deshidratación en los felinos es el hundimiento de los ojos, estreñimiento, aumento de la frecuencia cardíaca o poca elasticidad en su piel. Para comprobar la turgencia de su piel se puede jalar suavemente su cuello. Si este se retrae rápidamente significa que está bien hidratado; pero si por el contrario lo hace de forma lenta, tu mascota no lo está.
Otro método para determinar si tu gato está deshidratado es ?si te lo permite, claro está? presionando con un dedo su encía superior para comprobar la circulación de su sangre. Si la marca blanca correspondiente a la presión tarda menos de dos segundos en tornarse rosa, está bien hidratado.
Si al hacer alguna de estas pruebas notas que tu gato está deshidratado, llévalo urgentemente a su médico para revertir esa condición y poder estabilizarlo.
Incentívalo a tomar agua con estos consejos
Para que un gato doméstico esté hidratado, deberá consumir entre 50 a 100 mililitros de agua por kilo de peso al día. No obstante, su cuerpo obtiene el agua de tres fuentes: a través de los alimentos, ingerida directamente y el agua metabólica (que es producto de la oxidación de los nutrientes).
Por eso, el líquido que ingieren voluntariamente se verá condicionado por factores como la temperatura ambiental, el tipo de alimento y su salinidad, la cantidad de ejercicio que hagan y estados fisiológicos como la gestación.
Pero si en general te preocupa la poca cantidad de agua que ingiere tu peludo, aquí te dejamos cuatro medidas que te ayudarán en ese proceso: