¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Mario Uno escriba una noticia?
Los detectives privados pueden ser una estupenda opción para casos de infidelidades como el mío
Mira que lo dije cientos de veces: mi marido me pone los cuernos, llega demasiado tarde a casa, apesta a alcohol y a algo que parece perfume de mujer y ya no me mira como antes. Es más, mi sola presencia parecía molestarlo, y a mí esas cosas jamás se me pasan por alto. Se lo conté a mis amigas, a mi hermana, a una compañera de trabajo... Ninguna me creyó. Bueno, mi hermana sí, pero con reservas; supongo que es normal, conoce a mi marido casi desde que lo conozco yo y siempre se llevaron bien. Supongo que no le cabía en la cabeza que pudiera ser capaz de comportarse como un cerdo. Pues sí, lo fue.
¿Que cómo lo supe? Lo cierto es que estuve como un mes intentando pillarlo en un descuido, pero si algo se puede decir de mi futuro exmarido es que es muy cuidadoso y tiene en cuenta cada detalle con minuciosidad. No pude pillarlo... Al menos, no yo. No estaba dispuesta a dejar que se saliera con la suya y me dejase en ridículo, de modo que me puse a buscar información sobre detectives privados en Barcelona. Al principio, pensé que iba a ser complicado encontrarlos, porque a mí eso de “detective privado” me suena mucho a novela de Agatha Christie. Sin embargo, di con muchos enseguida.
Contacté con uno que quedamos para vernos en su despacho. Yo estaba nerviosa, no sabía muy bien qué se suponía que iba a contarle. Sin embargo, cuando empecé a decirle que lo que quería tenía que ver con mi marido, él me interrumpió y averiguó en el acto que era un asunto de infidelidades. En aquel momento, tuve el presentimiento de que haría bien su trabajo, y en efecto: no pasó ni una semana y ya me había presentado pruebas irrefutables. Menuda profesionalidad, así sí que da gusto.