Me dieron la buena nueva, por unos días el bus dejaría a Belén en casa, tiene 6 años. Disfrutaría después de muchísimo tiempo el ver hacer tareas. El primer día luego de almorzar le pedí que saque sus cuadernos. Emocionada le di lápices de colores, borrador y goma para que pegue lentejas y decore sus trabajos.

Al día siguiente nos tocó matemáticas, tenía que colocar números ascendentes y luego descendentes, le dije que comience por el 1 hasta terminar los casilleros, llego hasta el 20, pero faltaba llenar uno... le enseñe a escribir 21.

Tercer día; luego de recibir un gran abrazo saco su cuaderno, lo puso sobre la mesa y me dijo ¡Tenemos que hacer de nuevo la tarea! ¡Faltó el “0”!... al revisar encontré que en la parte baja estaban las indicaciones muy claras ¡Había que leerlas!

La hice errar en algo tan simple… la ayudé a medias ¡Soy una Abuela mediocre!

Esta mediocridad me puso en frente de lo lejos que es ser un líder. Creemos serlo de nuestros hijos, nietos… hoy hasta los políticos, profesores, los padres, los vendedores, deportistas ¡Creen serlo! Es que Nos han hecho creer que todos pueden ser líderes.

No tenía experiencia, por lo mismo debí leer, mi error dio como resultado que mi Belén fuera la única que tuvo que hacer de nuevo la tarea, que fácil dejé de ser ¡Su líder!

Es que Nos han hecho creer que todos pueden ser líderes

Si lo llevamos a mayores ocurre que buscamos resultados rápidos. Creemos que tomando algunos cursos o leyendo algunos libros somos líderes. Nadie se transforma de la noche a la mañana porque la magia no existe. Nos contentamos con parecerlo cuando el tiempo para ser líder es muy arduo.

El líder dedica su tiempo a estudiar y prepararse para serlo. Despierta su potencial, lo pone en práctica y lo hace obra. Sabe que la esencia está en su corazón y su mente. ¡A cuantos les llaman líderes y no lideran ni su propia vida!

Liderar no es hacer el trabajo de otro, ni obligar a hacerlo. El líder aprende para entregar lo que sabe con agrado sin esperar nada a cambio, para eso se requiere ¡De carácter! ¡De ingredientes especiales! Como el entusiasmo, tiempo para enseñar y vivir con pasión lo que hace; busca la excelencia es por eso que se excede. Unos pocos serán buenos líderes, los que tienen grandes ideales, no solamente buenas ideas y buena intención.

Que se nos peguen algunas cualidades como el entusiasmo, servicio, dedicación, actitudes dignas de ser imitadas, camino que con el ejemplo enseña, especialmente a los niños para poder ver en el futuro algunos buenos líderes ¡Huellas frescas que se dejaran sentir!

Iris delgado de la torre bueno.