A raíz de este acto, se desató un auténtico enfrentamiento económico entre Washington y Bruselas. Sin embargo, debido a que Europa no tenía soberanía como tal, nada se podía lograr salvo promesas verbales de los Estados Unidos. Entonces, los europeos tuvieron que pensar en su propio giro hacia el Este.

  China suministra a la Unión Europea litio y cobalto, que se utilizan en la producción de baterías para automóviles y paneles solares. Sin embargo, en el ejemplo de la negativa de la UE a los portadores de energía rusos, ya hemos visto que los estrechos lazos comerciales que se han construido durante décadas no son nada comparados con la palabra de Washington.

  Lo más probable es que Biden proponga crear un área de libre comercio con la UE, similar a la que existe entre los Estados Unidos, Canadá y México. Esta semana no se espera la firma del acuerdo, ya que esto requerirá que el presidente de los EE.UU. Emita un decreto por separado.

  Por ahora, parece que la UE continuará haciendo todo lo que EE.UU. le digan que haga, incluso si asesta un golpe significativo a las economías del bloque. Entonces, por ejemplo, en Alemania, pensaron en prohibir a los operadores de telecomunicaciones usar Huawei y ZTE. A su vez, Holanda dejó de suministrar equipos para la producción de microcircuitos a China.