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Cuando oímos la palabra hacker o hacking seguramente la entendemos con una connotación negativa, pero el hacking ético no tiene nada que ver con los piratas informáticos ni ciberdelincuentes
El Hacking ético tiene por objetivo utilizar todos los conocimientos informáticos para mejorar la seguridad de una organización.
El hacking ético hace referencia a la práctica de una persona altamente formada y con grandes conocimientos sobre informática y ciberseguridad, para ayudar a una empresa a detectar vulnerabilidades y debilidades.
Solemos pensar que un hacker solamente puede robar datos o le ponemos la etiqueta de ciberdelincuente, pero los hackers son expertos en informática y, como expertos, pueden desarrollar una grande labor en las empresas.
Los profesionales que se dedican al hacking ético ponen en marcha una serie de pruebas o test, llamados “test de penetración” con el fin de poner a prueba la efectividad de los sistemas de seguridad o demostrar sus debilidades de una empresa.
Después de realizar este test, los hackers deberán describir todos los problemas en un informe completo y dar soluciones para mejorar la ciberseguridad de la organización en cuestión.
¿Qué hace un hacker ético?
Para detectar cualquier debilidad en el sistema de seguridad de una empresa, el hacker debe buscar las vulnerabilidades a través de distintos procesos. Por eso, en su día a día, un hacker ético realiza las siguientes funciones:
Investigación de sistemas y redes organizativas
Realización de pruebas de penetración
Identificación y registro de fallos y brechas de seguridad
Identificación de áreas que necesitan alta seguridad
Puntuar sistemas de seguridad
Informes de mejoras
Informes de pruebas de penetración
El hacking ético es una excelente estrategia comercial para prevenir y proteger a cualquier empresa o negocio de ciberataques, sobre todo, en un tiempo en que los ciberdelitos siguen en constante aumento.