Editorial ? A las 12:40 del frío y nublado jueves 16 de junio de 1955. realizan su bautismo de fuego la Fuerza Aérea Argentina y la Aviación de la Marina de Guerra: 40 aviones oscurecieron el cielo de Buenos Aires. 22 North America, 5 Beerchraft, 4 Gloster y 3 Anfibios Catalina bombardean y ametrallan civiles indefensos en Plaza de Mayo y alrededores.

El saldo de la masacre fueron más de 300 muertos, entre ellos un ómnibus lleno de niños. Luego de la gloriosa gesta, los pilotos huyen hacia Uruguay.

Es el primer y único bombardeo a una ciudad abierta realizado en el mundo (es decir a una ciudad neutral, libre de guerra alguna o conflicto armado) con el agravante de haber sido realizado por sus propias fuerzas armadas.

Enemigos del pueblo, serviles al gringo invasor. Esbirros de un republicanismo vacío de contenido, que no contiene otra cosa que el sueño y el anhelo de una realidad; donde prevalezcan distantes, inalcanzables y lejanas, instituciones y leyes promulgadas y destinadas a garantizar e imponer el yugo extranjero a la Nación y la esclavitud solapada al pueblo de la Patria.

Nos dicen: "El pueblo no delibera ni gobierna, sino a través de sus representantes". En realidad aborrecen, siquiera la idea que "El pueblo" delibere y gobierne, por lo que siempre se han asegurado de dominar los resortes que trampean la vigencia del sistema democrático y a final de cuentas, lograr que "El pueblo no delibere ni gobierne en forma alguna". Y si esto fallara, siempre estará a mano la posibilidad de volver las armas del estado en contra de la población y meter en caja a quienes hayan osado soñar con otra cosa que no sea un modelo de país neocolonial administrado por una oligarquía servil al extranjero.

Con estos bueyes aramos y así la cosa no va a andar.

Hoy, a lomo de la mentira y la manipulación se han hecho de los resortes del aparato del estado y el poder. A la voz de: "Al ladrón! al ladrón", como muleta, han endeudado al país como nunca, destruido la industria y el comercio, arrasado con los derechos adquiridos del pueblo y van por más.

Esta gente se arroga el derecho de hablar de corrupción y traiciones ala patria.

Esta gente da lecciones de moral con la bragueta abierta.