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¿Por qué es importante el sabor de la comida de mi gato?
Algo a lo que nos enfrentamos la gran mayoría de los dueños de gatos es al hecho de que nuestras queridas mascotas resultan muy exquisitas a la hora de comer, ocasionándonos dolores de cabeza al elegir su alimentación porque nos cuesta predecir si será de su gusto o no.
De manera que, en la tarea de conseguirle la dieta que mejor lo nutra, debemos considerar también que esta debe ser lo más apetecible posible si queremos que nuestro peludo no ponga problemas al momento que se la sirvamos.
Pero, ¿por qué los gatos son así con la comida?
A diferencia de los perros, que usualmente podrían comerse todo lo que llegue a su plato, en los felinos existen ciertos factores que influyen en su ingesta, desde la sensibilidad de sus sentidos, hasta su instinto de cacería y lo específicas que deben ser sus dietas para nutrirlos correctamente.
A simple vista, entonces, conseguirles un alimento que les guste mucho y les favorezca la salud parece una labor muy complicada, ¡pero no te preocupes que tampoco es muy difícil!
En este texto te explicaremos por qué es importante el sabor de la dieta de tu gato y cómo intervienen los factores previamente mencionados, para que estés más seguro de cuál es la opción ideal para complacer el paladar de tu adorada mascota y garantizarle una nutrición adecuada.
¿Cómo come mi gato?
Para entender por qué no son tan sencillos al comer, hay que observar la forma en cómo ellos perciben el sabor de su alimento para determinar si les parece agradable o no.
¿Qué quiere decir esto?
Significa que existen diferentes elementos que intervienen en dicha percepción. Los cuales son el olor, el gusto, la textura y la temperatura que tenga la comida.
Olor: Incluso más que el gusto, el aparato olfatorio de tu mascota es el factor más importante al momento de la ingesta porque es la primera barrera que ellos aplican. Por eso, el olor de la comida debe ser altamente apetente para que anime al gato a probar lo que le sirvieron. De hecho, aunque el sabor del alimento sea muy gustoso, si el olor no cautiva el olfato de tu querido peludo, seguramente él ni se molestará en probar su comida.
Gusto : Ante esto, el gusto dependerá del olfato de la mascota. Sobre todo por lo característica que es la formación de sus papilas gustativas que, al solo contar con 473 bulbos gustativos a diferencia de los 9.000 que tenemos los humanos, provoca que no tengan tan desarrollado el sentido del gusto.
Además de la reducida cantidad, sus papilas responden solo a sustancias saladas, amargas y ácidas; razón por la que no pueden percibir los sabores dulces como hace la mayoría de los mamíferos. Sin embargo, resultan muy sensibles a los constituyentes de la carne como los aminoácidos.
Textura: La presentación del alimento también influye en el agrado que sienta tu peludo al comer. ¿Por qué? Los gatos no logran masticar tan eficazmente como otras especies. Ellos, para comer, deben reducir el tamaño de su bocado desgarrándolo en pedazos más pequeños para que se lo puedan tragar. Es por eso que ves que tu minino al comer va dejando caer varios trozos.
Entonces, dependiendo de si el alimento es seco, húmedo o semihúmedo, la velocidad con la que coma se verá alterada. De igual forma, si tu mascota tiene alguna condición bucal o un gusto específico por una textura, es posible que rechace las demás.
Temperatura: Se dice que, debido a sus instintos cazadores, los felinos prefieren su alimento caliente o, mejor dicho, a la temperatura de una presa recién capturada; es decir, alrededor de los 35 grados centígrados. Aunque sea real o no esta premisa, lo cierto es que la comida calentada desprende más aroma que la fría y, si recordamos la importancia para ellos del olfato al comer, que su alimento huela más definitivamente lo vuelve más atractivo.
Pero eso no es todo. Existe otro punto que también influye en la ingesta de tu mascota: la experiencia.
Así como los humanos sabemos que un alimento en específico nos puede caer mal en el estómago y preferimos evitarlos, los gatos también tienen esa facultad.
Si el aroma de su alimento nuevo le recuerda uno con el que tuvo alguna consecuencia estomacal desagradable, tu peludo evitará su ingesta para no repetir esa situación. Por otro lado, si el alimento le recuerda una situación de estrés, aunque no le haya caído mal, posiblemente también lo rechace. Por ejemplo, cuando se les ofrecen dietas especiales durante una recuperación de salud.
Palatabilidad: el mejor aliado de su alimento
Proveniente de la palabra paladar, este término corresponde a la respuesta del animal hacia determinada comida. Es decir, consiste en qué tan agradable es para tu felino consumir dicha dieta, tanto por su sabor, como por su olor, textura al masticar y su componente visual.
Y aunque en general las marcas comerciales se desarrollan bajo este indicador en los alimentos de gatos y perros, en los felinos es más que primordial que sea completamente palatable.
Para lograrlo, sus fórmulas deben responder a seis claves: emplear las mejores primas en sus ingredientes; un correcto procesamiento y extrusión para lograr mezclas y texturas uniformes; elegir el tamaño y forma del alimento lo más adecuado al gato ya que trozos grandes con bordes afilados podrían dañar su tracto digestivo; una tasa correcta de secado que permita una distribución equitativa de la humedad; adición de grasas de alta calidad que tengan poca predisposición a la ranciedad; y contener saborizantes de calidad consistentes que no alteren el sabor final del alimento ni generen deficiencias en la nutrición.
Si se presentan deficiencias en alguno de estos factores, sobre todo en lo que tiene relación con los ingredientes y materia prima, la palatabilidad se verá bastante comprometida por sus heredados hábitos al comer.
Los felinos, al ser estrictamente carnívoros, requieren dietas altas en proteínas y esto lo evidencian en su sentido del gusto al sentirse atraídos, más que todo, a alimentos con alto contenido proteico y aminoácidos esenciales.
Sí, tu gato es capaz de saber si su alimento es lo bastante nutritivo para él. Así que, sacrificar el elemento saludable por la característica de sabroso, tampoco es una opción para él.
Entonces, ¿qué debe contener su alimento?
Un estudio publicado en el Royal Society Open Science, liderado por Adrian Hewson-Hughes, descubrió que los felinos domésticos aprenden a escoger su alimento basándose en su valor nutricional.
Los científicos participantes elaboraron tres sabores distintos de comida húmeda (pescado, conejo y naranja) con casi la misma proporción de proteína y grasa, salvo la que estaba saborizada con naranja, que tenía una cantidad más adecuada de nutrientes. Cuando se lo dieron a probar a los gatos, al principio la mayoría escogió la de sabor a pescado, pero luego de probar las demás, se quedaron con la de naranja porque instintivamente sabían que esta cumplía el balance necesario.
Gracias a su naturaleza estrictamente carnívora, la base de la dieta de tu mascota debe ser de proteínas de origen animal ya que contienen aminoácidos esenciales para su salud, como taurina y arginina, que no pueden producir por su propia cuenta y que los necesitan para regular la sal y agua dentro de las células, producir bilis, entre otras cualidades.
Pero, para garantizar que sí se le está ofreciendo dichos nutrientes, el tipo de proteína debe ser de buena calidad, preferiblemente de pescado por su fuente de ácidos grasos omega. Esto evitará también daños futuros en el hígado o riñones.
Y si bien son importantes las proteínas, el alimento tampoco debe estar compuesto solo por ellas. Debe contener ácidos grasos e hidratos de carbono, para proporcionarles fuentes de energía y potenciar la salud de la piel y pelaje, así como minerales y vitaminas por estar involucradas en todas las funciones del organismo.
Eso sí, la proporción de estos ingredientes estarán sujetos a la etapa de vida en la que se encuentra tu mascota o a sus condiciones de salud. Los gatos cachorros, por ejemplo, necesitan un nivel de proteína más alto para suplir sus necesidades de crecimiento, como también más cantidad de calorías al ser muy activos; mientras que en los adultos una dieta alta en grasas e hidratos podría perjudicar su peso.
Un ejemplo en el mercado son los de la línea de Whiskas, que tanto sus presentaciones secas como húmedas ofrecen a tu minino beneficios como pulpa de achicoria para un intestino más saludable, taurina para su adecuada salud, nutrientes esenciales para el mantenimiento de su tracto urinario y una amplia variedad de sabores para todos los gustos, como las recetas clásicas de pollo y leche, carne, pescado y las suculentas de camarón y corvina, salmón y atún.
De seguro una de estas opciones le encantará al paladar de tu peludo, mientras que tú, además de sentirte seguro de que recibe los nutrientes que necesita, ya no tendrás que preocuparte de que rechace lo que le pongas en su plato.