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Interpol debe expulsar a China y aclarar lo de Hong Kong

21/02/2022 19:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Se supone que Interpol es una organización policial internacional respetada pero cuando los peores criminales del mundo tienen el control, se parece más al terrorismo o a la mafia

Por: Anders Corr, Epoch Times

Se supone que Interpol es una organización policial internacional respetada, que colabora en la captura de asesinos y violadores. Pero cuando los peores criminales del mundo tienen el control, se parece más al terrorismo o a la mafia.

Este es el lamentable estado de la policía internacional, ya que Interpol se niega a ayudar a los hongkoneses que huyen de la persecución de la llamada Ley de Seguridad Nacional (NSL) de Pekín. Interpol debería reafirmar públicamente la seguridad de los defensores de los derechos humanos de Hong Kong que temen sus órdenes de detención politizadas, llamadas “notificaciones rojas”.

La NSL 2020 del Partido Comunista Chino (PCCh) es horrible y está redactada de forma muy amplia, según Amnistía Internacional, y tiene efecto extraterritorial global. La ley se aplica en todo el mundo a cualquier persona de cualquier nacionalidad que organice protestas pacíficas en cualquier lugar, por ejemplo, sobre cuestiones de derechos humanos en China. Pekín puede utilizar su influencia para hacer que Interpol emita notificaciones rojas contra cualquiera que infrinja la NSL, lo que ahoga la libertad de expresión en cualquier lugar.

¿Has asistido a una protesta por los derechos humanos en Hong Kong, o contra el genocidio uigur, y luego te has ido de vacaciones a Portugal? Cuidado: la Interpol podría incluirte en una lista y detenerte cuando aterrices con tus pantalones cortos hawaianos y tu Vinho Verde en la mano.

Las autoridades portuguesas, que tienen un tratado de extradición con China, podrían entonces enviarle para ser juzgado por un tribunal de Pekín. Sorpresa. Se acabaron las vacaciones.

El 13 de enero, 16 hongkoneses y sus partidarios firmaron una carta abierta a la Secretaría General de Interpol. Escribieron: “La mayoría de nosotros nos hemos visto obligados a huir de Hong Kong tras la imposición de la Ley de Seguridad Nacional, que esencialmente creó un conjunto de delitos políticos”.

“Nuestro único delito real es defender los derechos humanos y las libertades fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos [de la ONU]”, firmada en 1948 por China, Gran Bretaña, Estados Unidos y la mayoría de los demás países de la época.

Uno de los firmantes de la carta de Hong Kong, Simon Cheng, afirma haber sido torturado mientras estaba detenido por el régimen chino. En aquel momento era empleado del consulado británico en Hong Kong.

Simon Cheng (delante a la izquierda) y Finn Lau (en el centro) en una marcha para conmemorar el segundo aniversario del movimiento prodemocrático de Hong Kong en Londres el 12 de junio de 2021. (Yanning Qi/The Epoch Times)

El Ministerio de Asuntos Exteriores británico advirtió a otro ciudadano británico, Luke de Pulford, que se arriesgaba a ser extraditado a Hong Kong para ser procesado.

Según los autores de la carta, el régimen chino aumentó en 2021 su discurso de “ir por” los activistas, incluso a través de la Interpol. “A la mayoría de los abajo firmantes se nos ha confirmado que estamos en fase de búsqueda o que tenemos una orden de arresto, basada en la Ley de Seguridad Nacional”, escribieron. “Otros han sido implicados en documentos judiciales o en publicaciones de medios de comunicación afines al Estado”.

Los firmantes son probablemente la “punta del iceberg”, como señalaron, dadas las decenas de miles de defensores de los derechos humanos que huyeron de Hong Kong desde la censura de Pekín a los manifestantes prodemocráticos y a los medios de comunicación libres en esa ciudad.

“La amenaza constante y la incertidumbre de una posible detención, a medida que China amplía sus esfuerzos policiales de largo alcance, tanto por medios legales como ilegales, crea un profundo efecto amedrentador que golpea el corazón de las libertades fundamentales, como la libertad de expresión y de movimiento en todas partes”, escribieron.

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Los firmantes de la carta ponen el ejemplo del uigur Idris Hasan, objeto de una notificación roja de Interpol iniciada por China en 2017. Hasan fue detenido y actualmente enfrenta la deportación de Marruecos. Al parecer, la notificación se emitió infringiendo las propias normas y procesos de revisión de Interpol. Si es extraditado a China, podría ser recluido en un campo de “reeducación”, sometido a trabajos forzados, torturado, esterilizado a la fuerza o asesinado.

El Partido Comunista Chino (PCCh) está llevando a cabo al menos un genocidio, quizá tres si se incluye la persecución de Falun Gong y de los tibetanos. El PCCh gobierna por la fuerza y no por elección democrática. Lleva a cabo campañas de miedo contra cualquiera que se queje. El PCCh debería ser considerado una organización terrorista por la legislación estadounidense, como sostienen Teng Biao, un respetado académico de la Universidad de Chicago, y Terri Marsh, abogada internacional de derechos humanos.

Este es el país con el que Interpol, y sus estados miembros, continúan manchándose al seguir tratando a la China del PCCh como un miembro legítimo del sistema internacional.

En 2018, Interpol estaba dirigida por Meng Hongwei, un funcionario de la policía china que responde ante el régimen de Pekín. Cuando entró en conflicto con el líder del PCCh, Xi Jinping, él mismo fue detenido en un viaje a China. Pekín tiene ahora en el punto de mira a la esposa y a los hijos gemelos de Meng, a los que la policía francesa, afortunadamente, proporciona protección las 24 horas del día.

Meng Hongwei, ex presidente de Interpol, pronuncia un discurso en la apertura del Congreso Mundial de Interpol en Singapur el 4 de julio de 2017. (Roslan Rahman/AFP/Getty Images)

En noviembre, el chino Hu Binchen fue elegido como uno de los 13 miembros del comité ejecutivo de Interpol. Hu es un alto funcionario policial que depende de Pekín. Al mismo tiempo, la organización eligió presidente a un funcionario de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). El funcionario, Ahmed Naser Al-Raisi, está acusado de supervisar las torturas infligidas a un defensor de los derechos humanos de los EAU, así como a dos británicos.

Los EAU llevan mucho tiempo cooperando con China mediante la extradición de uigures a este país. Un informe afirma que la policía china detiene a uigures en una cárcel negra en territorio emiratí. Los EAU son un país de la Franja y la Ruta, y mantienen un amplio comercio con el país totalitario.

Cheng sostiene que Interpol debe anular las difusiones rojas que haya podido emitir contra defensores de los derechos humanos, y confesar públicamente que las ha emitido.

El consejo editorial del Wall Street Journal argumenta que Estados Unidos no está haciendo lo suficiente para proteger a los que han sido señalados erróneamente por la Interpol. Aunque el Departamento de Estado ha dicho que “seguiremos apoyando a los hongkoneses en su respuesta al asalto de Pekín a sus libertades”, según el Journal, son sólo palabras. El gobierno de Estados Unidos no ha abordado directamente las graves acusaciones de abuso de Interpol por parte de Pekín.

“La Administración Biden debería presionar a la Interpol para que dé una respuesta pública”, escribió el Journal. “Si no, los hongkoneses podrían descubrir que son un objetivo sólo cuando sea demasiado tarde. Mientras tanto, vivirán con miedo, que es exactamente lo que quiere China”.

El Journal tiene razón al exigir al menos esto a la administración Biden. Pero incluso esto es una solución que no aborda la causa última del problema.

Estados Unidos debe hacer más.

Hay que expulsar a China de la Interpol hasta que ponga su situación en orden, incluyendo el cese inmediato del genocidio y lo que puede parecer imposible pero que debe exigirse de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU: Pekín debe empezar a apoyar activamente la democratización y las reformas de los derechos humanos dentro de la propia China.

Permitir que un país que está llevando a cabo un genocidio, el peor crimen del mundo, se convierta en una supuesta organización policial, año tras año, es algo peor que perverso. Ensucia el buen nombre de todos los demás países y funcionarios policiales que intentan utilizar responsablemente a Interpol para una labor policial buena y ética.

Interpol significa “Organización Internacional de Policía Criminal”. El incómodo nombre parece cada vez más adecuado, cuanto más criminales parecen ser sus dirigentes.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.

Traducción: Lucía Aragón

 


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Lucia Aragón (1263 noticias)
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Reportaje
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