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El tenor peruano Juan Diego Flórez puso en pie al Teatro Real de Madrid con un recital antológico en el que cantó a Rossini y a Gounod, homenajeó a los maestros españoles de la zarzuela y se atrevió hasta con un bolero
El tenor peruano Juan Diego Flórez puso en pie al Teatro Real de Madrid con un recital antológico en el que cantó a Rossini y a Gounod, homenajeó a los maestros españoles de la zarzuela y se atrevió hasta con un bolero, "Júrame", y que hoy es calificado por la crítica como "primoroso" y "estratosférico".
El público presente en la sala, así como los cientos de madrileños que siguieron el recital en la plaza de Oriente, frente al Teatro Real, a través de una pantalla de vídeo gigante, rompieron en aplausos, vivas y gritos como "¡qué majo eres!". Flórez ofreció la noche del martes este concierto, que se repetirá el próximo domingo, como compensación por haber anulado su participación en el montaje de "Rigoletto", de Verdi, que se estrena esta semana en el Real. El tenor peruano decidió en agosto pasado no cantar el papel del duque de Mantua del "Rigoletto" porque no se considera aún preparado para ello, en un polémico anuncio que fue alabado por buena parte de la crítica especializada. En el recital madrileño, Flórez agradeció el entusiasmo de los espectadores con cuatro "propinas" y se asomó al final al balcón del Teatro Real para encandilar al público de la calle cantando, a capella y micrófono en mano, "La flor de la canela". Si ese gesto, que la gran mayoría del público "de pago" se perdió porque Flórez lo hizo sin previo aviso e inmediatamente después de salir por tercera y última vez a saludar, provocó el arrebato en la plaza de Oriente, en el patio de butacas se oyeron durante el recital piropos de todos los cortes, especialmente con la canción que ha cerrado los bises, el bolero "Júrame", y con los nueve "do" de pecho de "Ah! mes amis" de "La Fille du Regiment". En esas dos ocasiones, y en medio de los "bravo", "guapo", "¡qué majo eres!" ó "eres el rey" dedicados a Flórez, el próximo director artístico del Real, Gerard Mortier, se puso en pie al igual que el resto del público, incluido el actual director, Antonio del Moral. Tampoco escatimaron, ellos y el público, la pasión con la "novedad" de la noche: el aria "Terra amica" de la ópera "Zelmira", -que interpretará este verano en el Festival de Pessaro-, y con la que cerró la primera parte, dedicada íntegramente a su "especialidad": Rossini. La segunda la abrió con el "Ah! lève-toi, soleil!" de "Roméo et Juliette" de Gounod, siguió con "La alegría del batallón" de José Serrano, "El guitarrico" de Agustín Pérez Soriano, "Emigrantes" de Rafael Calleja y Tomás Barrera, y para terminar recuperó a Rossini con "Asile hereditaire...Amis, amis" de "Guillaume Tell". Para las "propinas", como él las llamó, y para cuya elección bromeó con el pianista, Vincenzo Scalera, diciendo que no sabían qué cantar, se guardó, además de "Júrame" y "Ah! mes amis", "Cessa di piu resistere" y "L'alba separa dalla luce l'ombra". Flórez dedicó este recital al tenor español Alfredo Kraus (1927-1999), uno de sus maestros y referentes. El crítico del diario "El País", Juan Ángel Vela del Campo, se deshizo este miércoles en elogios a Flórez, que ofreció "un recital primoroso, con un canto sin contaminaciones, pletórico de elegancia en el fraseo, inmaculado en el registro agudo hasta rozar lo extraterrestre".
Para el crítico, la voz quizá más rossiniana de toda la historia se elevó anoche "a cotas estratosféricas". Y el diario "La Razón", de forma expresiva, titula: "Flórez la arma en el Real".