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'Juego de Tronos', la serie más vista en el mundo

10/10/2017 13:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

“Caos no es un abismo, caos es una escalera, sólo la escalera es real” Lord Baelish “littlefinger”

Por Sandra Rodríguez y Lucía Aragón

La Gran Época, México

El éxito de esta serie de televisión fantástica se basa en un justo y sabio equilibrio entre realidad y fantasía, que se ve incluso en los hermosos paisajes naturales de España, Malta, Marruecos, Croacia, Islandia e Irlanda del Norte para darnos las diferentes atmósferas de los Siete Reinos del Poniente aderezados con toques de última tecnología.

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(Foto. Macall B. Polay/cortesía HBO)

Reflexión de una sociedad angustiada o solo una nueva forma de escape, la serie nos proporciona la oportunidad de emocionarnos como niños con las impresionantes batallas, o con los dragones que funcionan como el elemento sorpresa y hacen posible lo que en la realidad no sería posible pero que nos gustaría que sucediera.

El hecho de que se sitúe en una época medieval y no en un futuro cercano le da el elemento fantástico y de antaño, aunque algunos ven la alegoría del cambio climático en los caminantes blancos, que marchan para destruir a los pobladores de los Siete Reinos enfrascados en sus luchas internas.

Sin embargo, algo muy típico de esta serie es que siempre nos podemos identificar con alguno de los personajes de la pantalla y sus desventuras: la frustrada maternidad de Daenerys trasladada a sus hijos dragones, el amor loco y prohibido de Jaime Lannister, o la desconfianza recíproca de las hermanas Stark, una queriendo ser princesa y la otra guerrera, la búsqueda de identidad de Jon, ser la oveja despreciada de la familia como Tyrion o la búsqueda insaciable de poder de Cersei, Stanis o Baelish.

Así las posibles víctimas sobreviven y hasta se convierten en héroes, aunque aprendemos pronto a que no debemos confiarnos porque cualquier personaje puede morir en el intento. Pero incluso en ese caso, pueden regresar de la muerte como Jon Nieve de la Guardia de la Noche y revivir para convertirse en el Rey del Norte. Todas estas historias nos hacen pensar en lo que vivimos a diario, nuestros miedos, sueños y esperanzas.

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Una escena de la última temporada de “Juego de Tronos”. (Reuters / Macall B. Polay / Cortesía de HBO)

Sin embargo, Ned Stark, padre de Jon, no corre con la misma suerte a pesar de ser uno de los personajes más entrañables de la serie, pues es el paradigma viviente de la moral, la lealtad, la honestidad y la rectitud. El ideal de un gobernante justo y un hombre de palabra como ninguno. Nuestro héroe para sorpresa de todos pierde la vida vilmente en los primeros capítulos dejándonos como televidentes huérfanos.

Cada uno de los personajes tiene una condición ambivalente, por eso es fácil que nos identifiquemos con ellos. Por ejemplo, el conflicto entre Ned Stark y Lord Baelish comienza con el enamoramiento de Baelish de la que sería la esposa de Ned, Catelyn Tully.

El resentimiento de Baelish por no tener a Catelyn y no ser ese hombre de honor intachable con gran poder no lo saca de este juego, sino que por el contrario lo lleva a ser uno de los villanos más brillantes y perversos, alimentando su sed de poder con su envidia y ambición. Ned cae al final como su víctima prácticamente por voluntad propia.

¿Alguna vez alguien nos dijo o siquiera nos insinuó: “Te dije que no confiaras en mí” y aun así confiamos y caímos? Estas palabras se las dice Littlefinger a Ned Stark justo cuando se lleva a cabo su traición y condena a mano del rey, a su desgracia. Esta frase refleja fielmente la naturaleza de Baelish; una persona inteligente pero calculadora, manipuladora y obviamente para nada confiable, y contrasta completamente con la personalidad un tanto ingenua de Ned, un hombre que confiaba en todos, pues él prefería ver en cada persona un reflejo de sí mismo, de la bondad y de los valores incorruptibles que él profesaba.

¿Cuántos de nosotros hemos sido traicionados por amigos o conocidos? ¿Cuántas veces sabíamos en el fondo del corazón que eso podía pasar? La confianza es clave para las relaciones humanas, es la base de una amistad firme y un voto de fe en el otro, por lo tanto, se debe saber bien en quién confiar analizando el carácter de cada persona y pensar con más lógica que corazón a la hora de decidir en quién depositar nuestra confianza. Ned pensaba que todos eran como él, un bastión de virtud, y es un error enorme creer que todos pensamos igual y queremos lo mismo. Es triste pero no todos son como él. Al pobre Ned esto le costó todo y a nosotros también nos puede pasar.

Este aprendizaje fue muy duro para los Stark. La traición es el elemento clave en la fatídica desarticulación de la familia. Ellos no solo fueron víctimas, sino que también traicionaron y sufrieron terribles consecuencias. ¿Qué los llevó a tal punto? En el caso de Sansa, su egoísmo y su ingenuidad, marcadas por un sello familiar: la inseguridad. El miedo no le permitió a Ned tener el temple suficiente para enfrentar a sus enemigos, a pesar de su gran potencial como mano del rey justo y amado, y a su hija el miedo la llevó a traicionarlo sin ni siquiera pensar en las fatales consecuencias. Luego de un gran sufrimiento los Stark comprendieron la importancia de aprender a conocer a fondo a las personas, a escucharlas y a sopesar su verdadero valor por sus actos. Sansa, también víctima de la traición del mismo Baelish le dice a su medio hermano Jon al reencontrarse: “Solo un necio confiaría en Litlefinger”. Muchas veces no es el buen corazón el que nos hace estas jugarretas, es nuestra necedad, nuestra terquedad, nuestra estupidez.

Nos rehusamos a ver la realidad porque puede ser muy amarga y nos negamos a perder amigos, no queremos estar solos. Sin embargo, negar la realidad, negar los actos y las mentiras del otro, nos condena a ser luego presa de sus juegos. Esto no significa que debamos desconfiar de todos en cada momento, se trata de poner en la balanza sus actos y sus palabras y decidir sobre los hechos quien merece nuestra amistad y aprecio, y quién no. El número de amigos posiblemente se reducirá pero podremos estar más seguros de su lealtad y sincero cariño. Los amigos tienen un valor precioso para todos nosotros, por lo tanto, solo los realmente leales deben ser premiados con nuestra confianza y nuestro voto de amistad.

Podemos aprender de los Stark que la seguridad en uno mismo, en sus valores y virtudes es incluso más importante que solo pensar creer en ellos, porque con la suficiente decisión podemos afrontar con entereza a los malos corazones y no convertirnos en sus marionetas, sintiéndonos impotentes en la adversidad, así como tampoco enredarnos en las tretas de los Baelish y terminar siendo los traidores de nosotros mismos.

 


Sobre esta noticia

Autor:
Lucia Aragón (1263 noticias)
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11237
Tipo:
Reportaje
Licencia:
Distribución gratuita
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