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Autor: Miguel Lagos
Fuente: expreso
El triunfo en primera vuelta del candidato opositor -uribista- Zuluaga [29.26 %] dio un golpe crítico al punto de flotación central de la campaña reeleccionista del presidente Santos [25.68 %]: la 'negociación de paz' con las terroristas FARC [acusado de ser el primer cártel de narcotráfico del mundo].Un proceso que ha polarizado a los colombianos y que, por cierto, tiene el auspicio de la ultraizquierda colocha, de sectores aliados 'progresistas' -internos y externos-, y de las fuerzas castro-chavistas diseminadas por toda Latinoamérica.
Sin duda, el balotaje del 15 de junio será determinante para el futuro político de nuestro vecino. Mucho harán las estrategias para captar a los apolíticos, el apoyo de los candidatos relegados y de sus respectivos bolsones electorales. Ahí están: Ramírez [15.53 %], López [15.23 %] y Peñalosa [8.28 %].
Las posibilidades de Zuluaga no son nimias. Logró hacerse del endose y el fenomenal respaldo popular del hoy senador y ex presidente Álvaro Uribe; duro crítico de su otrora correligionario Santos, embarcado temerariamente en una negociación con las FARC en Cuba que perturbó la efectiva política de 'seguridad democrática' uribista y que prometía una paz pro pueblo abatido por 50 años de agresión terrorista. Un 'diálogo' ambientado por el terror incesante al no haberse exigido el abandono de la criminalidad subversiva. Zuluaga advierte: "No podemos dejar que las FARC pretendan controlar al país desde La Habana. La paz es pensar en los colombianos, no complacer a las FARC". ¡Paz sin impunidad! Ese es pues el reclamo de millones de ciudadanos que recelan del camino negociador de Santos y de las posibles concesiones a los violentistas.
Es claro además que la segunda justa electoral impactará en el desequilibrio regional producto del expansionismo de la agenda izquierdista radical latinoamericana que ha avanzado, en todos sus matices, sin competidores efectivos al frente. De hecho, ya Uribe fue un puntal de la contención del influjo socialista 'bolivariano' de Chávez -García lo fue en Perú y Piñera en Chile-; así como hoy lo son los bloques opositores democráticos representados por María Corina Machado y Leopoldo López en Venezuela.
De ganar Zuluaga, el mutis reinante en la región con respecto a la dictadura castro-chavista venezolana podría romperse: "2500 kilómetros de frontera con Venezuela y miles de ciudadanos que viven ahí hacen que no podamos tener un silencio cómplice con la dictadura de Maduro y la ausencia de democracia", anuncia Zuluaga.