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Las fotografías las realicé el pasado sábado en el itinerario descrito en el título.
Fueron 105 Km (94 por pistas y caminos y el resto por carretera) y unos 2.000 metros de desnivel.
Vuelta a la BTT, que fue el remedio que encontré para sortear al temible cierzo.
Me esperaba, a tenor de los partes meteorológicos, un día mucho más invernal pero no hubo suerte y no pude reencontrarme ni con la nieve ni con el característico sonido del crujir del hielo bajo las ruedas de la bicicleta.
Bueno, será por días.
Tenía ganas de volver a Campo Grande, pues no rodaba por aquí desde principios de agosto.
La ascensión al Portillo de Santo Domingo siempre deja bonitas vistas.
Salvo un pequeño extravío el descenso a Biel transcurrió sin complicaciones.
En Biel cogí, durante gran parte de la ascensión al Puy Moné, el GR-1. Pista no recomendable para la BTT por las fuertes rampas y la multitud de piedras sueltas en el camino. De hecho no me quedó otra que empujar mi bicicleta durante dos o tres kilómetros.
De un tiempo a esta parte, y como me conozco el percal, siempre llevo, en la mochila y por si las moscas, el chaleco reflectante.
El camino gana altura rapidamente.
El invierno también se abrió paso hasta la cima.
Fotografías desde la cima.
Un baño en Pígalo (¡mentira!) y para casa, ¡chaval!.
Camino de Longás.
Descenso hacia Larués.
