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Ivan Budinich Castro.
Quien te viera y quien te ve, el fujimorismo emergió como una un producto antisistemico contrario a la clase política tradicional y acabo convertido en uno de los partidos políticos más sólidos del país, condenaba a los políticos profesionales y hoy su lideresa Keiko Fujimori es el político profesional ?que vive de y para la política- por excelencia del sistema político peruano, ayer el fujimorismo en el poder estimulaba y premiaba el transfuguismo, hoy lo condena y propone una ley en su contra. Sin duda el pensamiento fujimorista ha dado muchos pasos desde los 90s a la fecha en materia de institucionalidad y los intereses en juego, no son poca cosa tampoco.
El trasfuguismo es sin duda un mal que debe terminarse de ello no cabe duda, da ocasión a oscuros intereses, pero de ahí a convertir a congresistas electos por el voto popular en almas en pena vagando por los pasillos del palacio legislativo incapaces de unirse a otro grupo parlamentario o formar parte de las comisiones ordinarias hay una enorme diferencia y el proyecto presentado por la bancada fujimorista parece querer obviar las diferencias que pueden existir entre el que renuncia presumiblemente acicateado por un interés a un grupo congresal; con el que es expulsado por diferencias doctrinarias o de conciencia de su grupo político.
La sanción para los tránsfugas debe existir de todos modos, basta con privarlos de la posibilidad de construir bancadas propias como en anteriores congresos, dejarles de lado de la posibilidad de acceder a la mesa directiva, pero impedirles sumarse a otras bancadas o ser partícipes de las comisiones ordinarias, prácticamente es invalidar no el transfuguismo, sino el voto del elector que por alguna razón ?la mayoría de las veces desconocida- les ha llevado al hemiciclo.
El problema de fondo que persiste a pesar de las posibles sanciones al transfuguismo es el de la escasa solidez del sistema político que se agrava porque tal y como elegimos a nuestros representantes al congreso, el verdadero dueño del escaño es el congresista y no el partido; por lo cual el voto preferencial debe desaparecer bien del todo o bien en parte a través de la conformación de un sistema mixto que permita tanto que el partido puede tener algún tipo de control sobre los representantes como el que los electores puedan escoger la opción más cercana a sus expectativas.
El voto preferencial debe desaparecer o sus alcances ser disminuidos en favor de los partidos políticos para fortalecer el funcionamiento de la gobernabilidad democrática.
Triste muy triste ha sido el final de la congresista Vilcatoma, muchos esperábamos que termine como termino, pero nadie pensó que sería tan rápido. Quizás encuentre algunas desconcertadas gentes que le apoyen en su futuro político, pero aquí y ahora es una conflicto andante.
Puedo comprender perfectamente las objeciones de la bancada mayoritaria del congreso ante la reforma de la UIF, pero hay que señalar que quien se involucra en la política, renuncia en parte a su derecho a la privacidad en pro de un bien mayor que es el de la transparencia en el Estado. El fujimorismo hizo una promesa de campaña y como gesto de buena voluntad hacia el país, esperamos que la cumpla. Estamos cansado de la presencia de dineros de dudosa índole entre nuestras autoridades.
Nos leemos.