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Carlos Magán dejó de existir el Martes en horas de la noche, dejando un enorme agujero en la historia del rock subterráneo nacional, el Boui bajista de mi banda preferida Voz propia... hasta siempre
No suelo recordar fechas, pero si rostros, momentos, bulla, música y amigos. Saliendo del colegio después día difícil sentado en un pupitre de cuatro asientos, iba a mi casa y ponía un casette que me había regalado un amigo de la infancia, ahí sonaba un ritmo muy pegajoso, que aprendí a tararear, hasta que no se si fue un domingo, la escuche en una radio, el programa se llamaba Tendencias, y era conducido por un tipo para nada normal. Me quedé convencido que no era el único que escuchaba música “rara”, y como es mi costumbre empecé a indagar, a partir de esa fecha, conocí a amigos de toda la vida, quienes en conjunto compartimos muchas aventuras, que en el camino fueron quedándose en el olvido. (Foto: Rocksubte)
Pero no me olvido de “Los días y las sombras” ni de mis grandes amigos, que posteriormente se convirtieron en eternos, Jesús Cirrosis, Ciro, Manuel Misaico, el gordito rebelde, Marcos, Licetti, Abello, Ray, César, Erick, Juan Luis, Ito, Moyano, Joc Alonso, Raúl, Julio, Eduark, Manuel Marquez, entre otros, quienes éramos seguidores de la mítica agrupación Voz Propia, héroes subterráneos que venían desde Lima, trayendo su música, su cultura y gestando en nosotros una forma distinta de ver el mundo, cada quien tomamos rumbos distintos, pero hoy estamos seguros que algo nos une.
Amigos estamos de luto
Una pérdida para nosotros que es difícil de superar, ya que el bajista de Voz Propia el Boui, dejó este cuerpo terreno, para existir en el eterno transitar de la energía cósmica. No fue sino, años después, que lo logré conocer, siempre con una sonrisa y voz grave, dispuesto a brindar su amistad a cualquiera, conversamos varias veces, bajo distintos diálogos, sencillo y locuaz, ahora entiendo que la sencillez de las palabras es por el peso de una vida vivida, con razón su frase escrita en el muro de la banda “Ahora que soy libre, como el sol, como el mar, voy más allá que los demás, voy más allá.
No niego que lamento en gran medida su perdida, y solo le digo gracias, por los grandes amigos que unió, y aunque la muerte parece una dama malévola, sigue siendo vida, que se extiende más allá de lo impensado, es lo único determinante de nuestra existencia corpórea, morir, quien sabe y nos volvamos a encontrar en alguna esquina, o en cualquier bar, por el momento vivo la vida con el amor que vive conmigo, y su silueta me canta, “Los días y las sombras”.
El momento, No puedo irme, Ya no existes, Espejo quebrado, entre otros temas... inolvidables, todavía existes