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El 28 de febrero se publicó mi última columna en el periódico Diario de Avisos. Tras dos años y medio de intensas vivencias que me aportaron un valioso aprendizaje, decidí darle un giro radical a mi vida y abandonar esta empresa informativa. Y aunque recientemente el Decano ha empezado una etapa ilusionante, gracias a la incorporación de un nuevo accionariado (al que tengo la suerte de conocer, ya que en su momento trabajé para ellos), me encontraba en un punto de inflexión que requería sí o sí de esta decisión. No creo que sea un acto de valentía, como algunos amigos y compañeros me han comentado, simplemente creo que la vida es demasiado efímera como para el miedo paralice. Por último, quisiera agradecer el apoyo y cariño de los que fueran mis compañeros de redacción. Tal y como les dije a cada uno de ellos, estoy segurísima de que esta andadura será fructífera y todo un éxito. ¡Ánimo y a por ello!
Mi despedida. Dulces, abrazos y un breve discurso en el que se me quebró la voz. Faltan compañeros. Foto: el gran Noberto Chijeb ;)
28/02/2015R econozco que soy de las que, en los últimos años, ha criticado el uso del verbo reinventar como una forma de animar a quienes, por diversas circunstancias, se han visto privados de sus puestos de trabajo. Lo he considerado una suerte de eufemismo, una vía más para vender humo e impartir talleres por unos pocos euros. De hecho, muchos de sus abanderados ?qué paradoja?, buscando alguna salida profesional, se convirtieron de la noche a la mañana en expertos en coaching.
Otro verbo que chirría es buscar, pero acompañado del sustantivo estrella: felicidad. «Búscala», escriben sin inmutarse. Exigen a sus acólitos, además de llegar a fin de mes, que «sean felices», cuando un golpe del destino puede alterar la vida de un segundo a otro, aunque los pensamientos hayan exigido al Universo que todo salga bien. Las circunstancias no siempre acompañan y estoy de acuerdo con los que abogan por un tono más terrenal en los mensajes positivistas, que deben existir, porque el pesimismo tampoco es útil y no ayuda a los que están pasando por un mal trago.
No obstante, me temo que, en parte, los críticos estábamos equivocados. Quizá la combinación de los verbos reinventar y buscar no suene tan mal en un propósito realista. No digo que haya que romper con todo para empezar de cero, sí analizar en qué punto del camino nos encontramos y qué es a lo que realmente aspiramos. Me preocupa la idea del tiempo: de cómo lo utilizo y si, parafraseando a Walt Disney, lo que estoy haciendo hoy me acerca a lo que quiero hacer mañana. Soy consciente de que no todos pueden optar, en un primer momento, a valorar esta posibilidad, pero sí a encontrar esa chispa, la ilusión que ayude a algo más que sobrellevar una cotidianidad marcada por un profundo desasosiego de la sociedad, acentuado, en mi opinión, por el mal uso de la tecnología.
Y conjugando estos verbos me encuentro, tras sumar conocimientos y ampliar círculos de contacto. Cierro una etapa, la cual ha sido ilusionante, confieso que a veces dura, pero, sobre todo, enriquecedora. Agradezco toda la experiencia adquirida y pienso sacarle el mejor provecho. Así que toca poner punto final, al menos en este texto, con el típico tópico: «el que no arriesga, no gana».
The post Los verbos appeared first on Malalua, por Ylka Tapia.