La decoración de interiores es un sector que nunca deja de evolucionar y siempre nos sorprende con nuevas propuestas que nos permitirán decorar un salón, una habitación o cualquier pared, sea en casa o en un negocio. Los fotomurales son la tendencia del momento, una propuesta capaz de cambiar radicalmente el estilo de cualquier estancia y proporcionarle un toque decorativo muy especial.

En cuanto a la variedad de fotomurales que podemos encontrar actualmente en el mercado podemos hablar de miles y miles de propuestas diferentes: paisajes de naturaleza, ciudades, motivos geométricos, formas abstractas, personas, animales, puestas de sol, el espacio exterior o cualquier otra idea puede tener cabida en esta original forma de decorar cualquier pared.

Esto ha hecho que los fotomurales se hayan posicionado como una de las más serias alternativas a la hora de buscar la creación de un ambiente diferente, que rompa con convencionalismos y que tenga capacidad de convertir la atmósfera de una estancia sobria y apagada en algo moderno, fresco y repleto de colores.

Dentro del universo de los fotomurales podemos encontrarlos de muchas clases, donde destacan los de papel, sintéticos o aquellos que no necesitan cola para ser colocados dado que traen consigo aplicada una cola de alto nivel adhesivo para que dure mucho tiempo sobre la fijado sobre la pared.

Normalmente, los fotomurales suelen venir en partes cortadas, como si se tratase de un puzle, aunque en este caso todas las partes tienen un número, para que sepamos cuál es el orden que debemos seguir con cada parte y conseguir crear el efecto deseado.

Para colocar los fotomurales es muy importante que la pared elegida esté completamente lisa, no tenga ni rugosidades, humedad o poros y estar completamente limpia, con lo que se conseguirá la máxima unión gracias a los potentes adhesivos que podemos aplicar o con los que ya cuentan los fotomurales.

Algunos de ellos vienen solamente con el papel, con lo que seremos nosotros, o un profesional, el encargado de aplicar la cola sobre la pared y después ir colocando poco a poco las diferentes partes de los fotomurales, eliminando cualquier burbuja de aire que pueda formarse a la hora de colocarlos, algo que se hace de manera sencilla con una espátula suave, presionando ligeramente desde el centro hacia afuera, con lo que se eliminará cualquier clase de burbuja, algo muy importante para evitar que el fotomural se dañe con el paso del tiempo.

En el caso de los fotomurales de papel, la cola debe echarse directamente sobre el papel y en este caso ir colocándolos poco a poco, siempre respetando los tiempos y pautas que nos informa la etiqueta del producto. Si el fotomural es sintético, la cosa cambia, en este caso la cola debe ser únicamente aplicada sobre la pared y la forma de colocarlo es la misma.

La tercera variedad que nos encontramos en los fotomurales es aquellos que ya cuentan con el adhesivo, como si se tratase de una pegatina gigante. El proceso de pegado es parecido, solo tenemos que retirar la película protectora del adhesivo e ir colocando cada parte poco a poco sobre la pared elegida, asegurándonos de que esté bien nivelado y eliminando las posibles burbujas de aire que puedan formarse.